El nuevo álbum de Hayley Williams es una verdadera sesión de terapia. Una pieza de autoanálisis, pérdida, búsqueda y comprensión. La artista nos abre su corazón, para firmar posiblemente su mejor álbum en solitario, de una forma tan personal que a veces da incluso miedo. Hayley nos habla de la soledad, la gestión de enfrentarse al mundo y sentirte como una inadaptada social, la normalización de lo imperfecto y la importancia de pasar página.
Parece ser que Hayley se ha sentido completamente usada en multitud de ámbitos de su vida y muy poco valorada. Una sensación vital de la que le ha costado salir y que por fin puede dejar ir en esta nueva era creativa. “Ego Death At A Bachelorette Party” se trata de su primer lanzamiento como artista independiente cerrando la puerta fuertemente a Atlantic Recording. Tanto que nada más comenzar el álbum ya suelta en ese estupendo inicio con “Ice In My OJ” eso de “A lot of dumb motherfuckers that I made rich”, haciendo referencia a las grandes figuras de la industria que se pegaron a ella únicamente para absorber su talento y monetizarlo. Pero que jamás la cuidaron o supieron verla con verdaderos ojos de artista.
“Ego Death At A Bachelorette Party” es un disco con el que puedes imaginarte a Hayley sentada con su guitarra buscando en la música terapia y un compañero que te agarre de la mano y te acompañe en la soledad más profunda (“Do you ever feel so alone that you could implode and no one would know?”). Un disco que se empuja a base de intuición y corazón dejando fuera cualquier tipo de ambición que no sea creativa. Y que ha construido de la mano de Daniel James en la producción que estuvo junto a ella en el proceso creativo de sus predecesores. Un lanzamiento necesario para la propia estrella que explicaba hace unos años que cuando no pudo realizar su esperada gira en solitario sentía la necesidad de llenarse de nuevas canciones que la hicieran feliz.
Hayley siempre se enfrenta a los miedos de frente pese a lo que supone dar ese gran paso. Por eso, habla de la depresión y sentirse ajena al resto del mundo en “Gum” filtrándolo todo a través del pop. Explica la relación de dependencia al “Mirtazapine”, en el tema del mismo nombre que el medicamento, analizando cómo se genera una relación tóxica con el mismo en la que tras su consumo no sabes quién eres verdaderamente si lo sueltas (“Who am I without you now?”). O, por ejemplo, se sincera a través de “Whim” relatando su trabajo para aprender a comprenderse a sí misma, ponerse límites y no acabar saboteando todo tipo de relaciones en su vida.
Porque algo bonito que tiene “Ego Death At A Bachelorette Party” es que es un disco sanador que se deja llevar por completo por el corazón de Haley en su búsqueda de la calma. Por ello, a pesar de las frustraciones acumuladas también explica en “Disappearing Man” que su mayor esfuerzo en su relación pasada fue tratar de comprender la desaparición del mismo, el silencio, la pérdida y aprender a perdonarlo. Aprender a pasar página, como también cuenta en “Love Me Different”. La verdad es que la carrera de Hayley en solitario es un tesoro y ahora con estas nuevas alas con las que puede volar libre estamos seguros de que vendrán grandes cosas que no harán más que certificar que se trata de una de las mejores artistas de nuestro tiempo.
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