II

Apenas media hora de música apresurada y ardorosa ha sido suficiente para confirmar esas generosas expectativas que rondaban en torno al que sería segundo álbum de Grande Amore, tras aquel debut homónimo de 2020 que levantó la liebre. El proyecto liderado por Nuno Pico y que en la actualidad completan Clara Redondo y mariagrep ha ganado generosas dosis de solidez y aplomo, hasta manifestarse directamente arrasador a lo largo de las diez piezas que componen el presente “II”.

Un artefacto sonoro con aspecto electro-punk, de consecuencias directas e intensidad impertérrita (y poco común) a la largo de toda la secuencia que lo cruza de lado a lado. Un latigazo que comienza a gestarse con la ejecución en gallego del propio Nuno Pico, apostando el vocalista por una agresividad realista (y acongojante) que resulta determinante en la conquista, sin dejar a su paso rehenes ni prisioneros. La no menos punzante instrumentación, tejida en base a sintetizadores, cajas de ritmo, guitarras y electrónica, empasta la moción con la intención de alumbrar canciones imposibles de esquivar. Composiciones protagonizadas por desesperación vital, mutada en un tipo de celebración tan rabiosa como viciosa, además de nada velada… y pegadiza. Es el caso ininterrumpido que conforman temas del tipo de “Fumando espero”, “Anos 20”, una “Pelea” con ecos a Vitalic, “Indo pa Cristo”, “Ben sabe Dios que o intentei”, “Necesito estar borracho” o “Do meu corpo van nacer outros corpos”.

Hace ya tiempo que Grande Amore eran un secreto a voces en Galicia, y con la publicación de “II” someterán también bajo el yugo de su potente personalidad artística al resto de la península. Un movimiento ante el que es inútil resistirse y no cabe salvación posible, intimidado el oyente por el influjo nervioso de un trío que es pura tensión y ha llegado para incrustarse en la parte más visceral del cerebro, sodomizándolo sin rodeos ni romanticismos desde el mismo momento cero.