Moriarty llegan a nuestras manos rodeados de un aura de misterio y dispuestos a no ponérselo fácil a quien se proponga indagar en su naturaleza y razón de ser.
Una austera página web y el inevitable MySpace apenas nos sirven para confirmar el origen plurinacional de una banda compuesta por músicos que llegan desde Francia y diferentes partes de Estados Unidos, y que por su agenda de conciertos y el fichaje por Naïve tiene todas las papeletas para haberse instalado en el país galo, donde sin duda harán las delicias de Los Inrockuptibles y demás prensa rockera. Porque, aunque entre sus preferencias citen tanto a The Cure como a Radiohead, el sexteto mira bastante más lejos en el tiempo a la hora de nutrir su música de referencias, en una elegante revisitación del blues, el jazz y el folk americano que vive prisionera de la peculiar voz de Rosemary Moriarty, a caballo de las divas del country, el desgarro de Billie Holliday y (a veces) la charada gótica de Nora Keyes. Cuando aciertan, sus canciones se convierten en hermosas odas a la nostalgia coloreadas en sepia y salpicadas por la humedad. Cuando no, y como ocurre con los fotógrafos callejeros que captan turistas para convertirles en personajes de época, la trampa salta a la vista.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.