Veintiséis años después de aquel himno generacional que fue “Cold Beverage”, poco queda de ese G Love & Special Sauce. El trío de Filadelfia que supo como pocos mixturar blues, rock, folk y rap es hoy una banda veterana y eso puede acarrear pros y contras.
Si eres un seguidor que les conoce por el hecho de que han sido los padrinos de la escena de folk-surfero-acústico (Jack Johnson, Donavon Frankenreiter, etcétera) posiblemente “The Juice” te duerma al tercer tema, el soporífero “Go Crazy” en el que juegan al power funk pero terminan sonando a unos Fishbone edulcorados. Pero al mismo tiempo, si llegaste a G Love por el lado del blues, este tema puede atraparte por el trabajo en guitarras del experimentado Keb’ Mo’ quien participa en cuatro canciones del disco.
Más allá de los distintos prismas con los que se puede apreciar el disco, “The Juice” no representa exactamente un punto alto en la discografía de Garrett Dutton y los suyos: en varios pasajes el grupo suena a algo ya muy escuchado y aunque esté perfectamente ejecutado y vaya dando toques a distintos estilos a través de sus diez temas (gospel en el esperanzador “The Juice”, country alternativo en “SoulBQue” –en el que participa el teclista Roosevelt Collier que también se destaca en “She’s The Rock”– o folk en “Diggin’ Roots”, junto al guitarrista hawaiano Ron Arts II) no logra dar en la nota que haga que esta obra destaque en su conjunto.
Al contar con una producción y una ejecución muy buenas, no es fácil identificar los handicaps de este álbum; quizá sea la falta de desfachatez o el hecho de que aquel groove contagioso –que hasta Beck podría envidiar– de la época del álbum debut o de “Philadelphonic” de 1999 esté ausente por completo. O igual es que “The Juice” hace pensar en un nuevo e hipotético género, el “Adult Oriented Surf Rock”, y eso es un poco deprimente.
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