Debe de ser duro que tu descenso a los infiernos en lo personal (drogas, alcoholismo, maltratos, automutilación, fantasmas caseros…), coincida con un ascenso meteórico de popularidad y con un éxito rotundo en lo profesional.
Es lo que tiene el negocio musical: la vida de los artistas importa una mierda mientras los números presenten varios ceros y el personaje haga vender cientos de miles de revistas. La reedición de “Frank” llega justo en el pico más alto de fama de la británica, y la verdad es que poco hacía presagiar en él lo que vendría después. El debut de la Winehouse es un inofensivo tratado de soul pop que, a pesar presentar algunas canciones que ya apuntaban maneras (brillan especialmente “Fuck Me Pumps” y “Help Yourself”) y jugar en las letras con los desastres afectivos, no posee la mala leche ni los aciertos sonoros de “Back To Black”. Aquí faltan los tatuajes, Blake, Mark Ronson… y claro, “Rehab”, “You Know I´m No Good”, “Tears Dry on Their Own”, “Back To Black”… La reedición de “Frank” incluye un CD extra plagado de rarezas (remixes, demos, caras B…).
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