Aunque podríamos englobarles dentro de esta corriente de moda que engloba el rock con el baile, está claro que Test Icicles van algo más allá que eso. Y no sólo porque los ingleses, pese a que parte de sus canciones posean las mismas características de los productos con que últimamente nos bombardea la industria, decidan no encasillarse en un lugar concreto del mapa, sino porque encima lo hacen descolocando al oyente reinventándose a cada nuevo tema. Efectivos en el bailoteo, marcianos a la hora del rock´n´roll, salvajes y extraños con el hardcore o bizarros en el hip-hop. Este debut abigarrado, extremista y disgregado es una estimulante obra, hija de estos tiempos de neo post-punkez que corren, pero con las necesarias ganas de dar una pequeña vuelta de tuerca a algunos tópicos -¿el relevo de Liars?- y, eso sí, con los peligros de llegar a esa conflictiva ambivalencia que casa frikismo con estandarización. Una unión con la que poder contentar a mucha gente, pero, en el fondo, satisfacer a pocos. Tan sólo a los ávidos de experiencias musicales.
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