Jenn Wasner presenta la segunda entrega (preciosa portada incluida) de su proyecto paralelo y al margen de Wye Oak, ese bautizado como Flock Of Dimes y con el que ahora pasa a engrosar las filas de una escudería directamente mítica como Sub Pop. Un fichaje cerrado tras abandonar un sello también fiable como viene siendo Partisan, a través del que hace cinco años veía la luz aquel acertado estreno de título ‘If You See Me, Say Yes’ (Partisan, 16).
La norteamericana regresa ahora con un disco que combina indie-pop de aspecto agradable con folk bastante más intimista y meditado, todo atemperado en base a una capa de elegancia ensoñadora que, en cierto modo, acoge las diez composiciones y homogeniza el conjunto hasta concretar su sentido global. La de Baltimore pasa así a engrosar las filas de esa liga cada vez más numerosa en la que compiten féminas talentosas, de personalidad creativa y marcada sensibilidad, caso de Laura Veirs, Lucy Rose, Laura Marling, Angel Olsen, Loma, Phoebe Bridgers, Laura Gibson, Julien Baker o Natalie Prass entre tantas otras.
El álbum se abre con la desnudez de “2 Heads”, antes de dar paso al sencillo más claro del lote: una ambiciosa “Price Of Blue” que a lo largo de sus seis minutos de duración no escatima en distorsiones. A continuación destaca el clasicisimo de Costa Oeste de “Walking” y “Lightning”, el pespunte electrónico de “Two”, la delicada “Hard Way”, la pastoral “No Question”, y la belleza de “Head Of Roses” ya como epílogo. Una secuencia que señala a Flock Of Dimes como esa vía de escape de Wasner hacia facetas más personales y unilaterales de su creatividad, al prescindir de la opinión de Andy Stack, su compañero en Wye Oak.
Es así como ‘Head Of Roses’ (Sub Pop, 21) muestra las preferencias introspectivas de la vocalista, aunque en ocasiones se desvergüence y deje destellos algo más explícitos. Todo en un decálogo que se extiende a lo largo y ancho de un disco bien construido y mejor producido, además de protagonizado por canciones con alma. Una corrección que, sin embargo, no es suficiente como para que la autora destaque especialmente sobre esa nutrida competencia manejada entre coordenadas similares.
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