El barbudo Raymond Raposa dejó el colegio a los quince años y se pasó los cuatro siguientes viajando en autobús a lo largo y ancho de Estados Unidos. Regresó preñado de “First Light´s Freeze”, su segundo disco, country subterráneo de tintes electrónicos que, sin perder de vista lo que ha dejado atrás (el sonido Nashville de los setenta), se lanza a la conquista de un futuro imperfecto y lluvioso.
“Bells Aloud” y “Dancing With Someone (Privilege Of Everything)”, dos de los mejores cortes del álbum, mantienen a flote la vieja americana que se hunde en un mar de arenas movedizas en, por ejemplo, la mutante (y magistral) “Into The Night” y el rockabilly aletargado de “Good Friend, Yr Hunger”. Mutación y vieja usanza que combinan a la perfección “(We Drew Uncertain Breath)” y el lluvioso tema que da nombre al disco. Sufjan Stevens, Bridgit DeCook, el saxo del veterano Daniel Carter y los componentes nómadas de Wooden Wand And Vanishing Voice acaban de dar sentido al curioso proyecto de Raposa (considerado por algunos avant-country). Y el intento, firme en algún momento, callejea y se pierde sin querer en transiciones sin sentido. A ver qué pasa en la tercera vuelta.
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