Una considerable parte de la escena pop francesa, especialmente cuando se trata de proyectos unipersonales, suele decantarse por el eclecticismo como discurso.
Benoit de Villeneuve confirma esa regla. En “First Date” sienta en la misma mesa la electrónica de baile, la Nouvelle Vague, las melodías pop ingrávidas (muy bonita la voz de Mélanie Pain), los acercamientos al R’N’B y los arreglos de cuerda dramáticos. Como buen impostor, en el buen sentido de la palabra si es que hay alguno, de Villeneuve se muestra convincente en todo momento, a la vez que incapaz de ofrecer ese algo más que separa al buen imitador con una gran colección de discos del verdadero artista. Hay un par de caramelos por el camino, especialmente el synth pop de “Oh No”, en la línea de I Am The World Trade Center; también “Plus Vite que le Temps”, ésta cantada por Pat Deziel. Pero la sensación es en general que querer estar en tantos sitios a la vez provoca precisamente lo contrario: de tan ubicuo no está en el fondo en ningún sitio.
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