Crece y crece a cada escucha. El nuevo y segundo disco de Payo Malo ha sido, para estas orejas, una de las revelaciones hip hop del año. Si es bien cierto que al principio el disco descoloca, al final le acabas descubriendo una serie de virtudes que lo convierten en una rareza en el panorama nacional. Si la crítica dice que la influencia es el soul, va uno y se lo cree, con lo que al final deja de apetecerte escuchar el disco.
Pero es que Payo Malo de lo que bebe es del ambiente del país, de esa España negada, obligada a plegarse y arrodillarse que, al menos una vez en la vida, saca a relucir su rebeldía. En esas está el cantar de Payo Malo. Sí, el cantar; el cantar de los cantares del hip hop ibérico pues nadie como él es capaz de hacerlo y decirlo tan bonito. “Equilibrio” se pasea por ambientes de mucha depresión y lucha, de alguna que otra fiesta –¡sólo se vive una vez!- y de multitud de influencias musicales que van de DJ Shadow a Tomatito y Camarón de la Isla, pasando por Erikah Badu. Mucho más que soul, eso seguro. Lo mejor de todo es que se tiene la sensación de que Payo Malo todavía se reserva cartas de cara a futuros trabajos. Si el disco lo compusieran las primeras seis y las últimas cinco canciones, estaríamos hablando del mejor disco de este año. Aquí hay argumentos de sobra para entrever algo grande. Un artista más que recomendable.
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