Tras la buena acogida (ejem...) de “Seven Principles To Leave No Trace”, de cuyo título haría bien la propia banda en hacer bandera, se publica en España su debut del 2001. Decía Charlie Gillett, autor de la única historia seria del rock publicada hasta hoy, que ya no surgen grandes éxitos porque las bandas actuales están demasiado ocupadas contándonos sus penas.
Si es lo que hacen Edison Woods, la vida de Julia Frodahl debe ser extremadamente penosa. Su música es desnuda y su voz triste, su piano hiriente y los escasos adornos asoman con –a veces exasperante- lentitud. Como casi todo disco admirador del slowcore, se acerca tanto a música de cámara hecha con instrumentos modernos que suena bonito por obligación. Pero hay que estar preparado para mirar dentro. Yo iba escuchándolos en el coche y me han dado ganas de estamparme contra un muro. Adecuado para quien crea que el último disco de Low acelera en exceso o que Polar bordean el hardcore.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.