Mientras esperamos expectantes que Biffy Clyro dé continuación con su nueva obra de estudio -de inminente publicación- al excelente “Puzzles” de hace dos años, una de sus dos mitades, el guitarrista Simon Neil, ha aprovechado el hiato de la banda origen para volver a reunir el proyecto paralelo que inauguró junto al líder de Sucioperro, JP Reid, hace cuatro años con “The Magnificient Duke”. Conservando el interés por la búsqueda de vericuetos musicales que den salida a las laberínticas ideas artísticas de ambos protagonistas, el hecho diferencial de Marmaduke Duke reside en el abandono de los sinfonismos y las marañas de texturas que protagonizan el sonido de sus bandas madre. En su lugar, Neil y Reid dan entrada a modos y formas más orientadas al baile y la electrónica. Se muestran especialmente inspirados con el funk claustrofóbico que protagoniza “Everybody Dance”; “Silhouettes” o “Erotic Robotic” los acerca a las propuestas de Gang Of Four, y hasta ceden espacio al pop espacial en la adictiva “Demon”. El disco deambula así, navegando entre la compleja estructura melódica y el particular mapamundi sónico, algo psicótico, del dúo escocés. Son aptitudes propias y diferenciadas, cuyos resultados deberían seguir animándoles para seguir dando vida al proyecto en el futuro, más allá de las evoluciones como banda de Biffy Clyro y Sucioperro.
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