Cuentan en la página web de Domino que fue el propio presidente de la discográfica, Laurence Bell, quien les descubrió en su local por casualidad.
No dudó en fichar inmediatamente a estas jóvenes promesas del rock –estudiantes de bellas artes– y publicarles un primer trabajo, “Fur” (Domino, 2004), que no debió defraudar sus expectativas, pues apenas dos años después aparece su continuación, “Derdang Derdang”, mezcla inflamable de guitarras obsesivas, gritos afectados y golpes de efecto muy bien calculados que consiguen hacer del disco un entretenimiento simpático. Abren fuego con “Cherry Lips” –tormenta vitamínica– pero no es hasta el single “Dart For My Sweetheart” que no despliegan todo su potencial psicodélico-bailable lleno de punteos y baquetazos repetitivos y unos coros femeninos que secundan muy acertadamente los aullidos del cantante de papier maché de cejas negras y perilla pelirroja –como puede comprobarse en su página web oficial. El disco puede hacerse un poco reiterativo en su segunda mitad, pero vale la pena llegar hasta el final para gozar de una relectura acústica del single que predice posibles aventuras futuras bien prometedoras.
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