Lo juro: Eleni (va a ser Elenita..) Mandell era una PJ Harvey de segunda fila. Pero ha descubierto el country y la angelina tiene dotes. Su voz es incitante y arrastrada cual Patsy Cline tras masturbarse tres veces. Y la usa para recrear el inequívoco sabor country de las canciones de pop lento, casi cansino, decoradas de jazz, mandolina y pedal steel (género obliga) que ha compuesto para su cuarto disco.
El neo-country y el neo-folk están llenos de mujeres de rompe y rasga. Mandell no rasga nada. Se limita a dar a Neko Case una dulce lección de cómo hacer ésos álbumes para clausurar noches de humo y conversaciones que la enigmática virginiana lleva intentando una y otra vez. Olviden lo que supieran de la Mandell, protegida de Tom Waits, si sabían algo. Eleni está mucho más bonita después de la cirugía compositiva. Y Merle Haggard, Naomi Neville y Hank Cochran serían felices de oírse versioneados por esta voz llegada al género que mejores voces femeninas ha dado en los últimos años. ¿Será desde que se fabrican Stetsons en talla pequeña?
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