Cognicide

En esta época de productos adulterados, da gusto encontrarse un elepé de puro hardcore a la vieja usanza.

Y es que el debut de estos tíos conjuga con maestría todos los ingredientes del género: música espídica y ultraviolenta, cambios de ritmo aplastantes y letras cabreadas e introspectivas. Para que te hagas una idea aproximada de por dónde van los tiros (aunque ni suenan a plagio ni necesitan referentes externos para funcionar), piensa en unos Minor Threat más melódicos. Aparte de no flojear en ningún corte (doce temazos como la copa de un pino), consiguen no cagarla donde tantos otros lo hacen: no tienen un guitarrista heavy virtuoso, ni el mal gusto de castrar el disco con una producción aséptica; tampoco está grabado en un váter: suena de la ostia, pero conservando el chirrido inquietante y la agresividad de las más grandes obras del hardcore (de Raw Power a MDC). De hecho, a ratos parece un disco de hace veinte años, y de estar fechado en 1985 quizás estaríamos hablando de un clásico. Hoy en día no descubre nada nuevo, y se queda únicamente en discazo. ¿Te parece poco?