Las canciones de Castanets están cortadas por un patrón especial: parecen avanzar como una de esas caravanas de buscadores de oro en las películas del oeste, con familias enteras con ojos tan cansados como llenos de esperanza y las caras sucias por el polvo del camino y sus pequeñas aventuras.
No quiero decir con esto que “Cathedral” suene a odisea vaquera, sino más bien que el suyo es un sonido lleno de cambios interiores que parten de una familiaridad convertida en extrañeza. Algo así como revivir la deconstrucción de la tradición de The No-Neck Blues Band pasado por una batidora en la que cabe desde el ritmo pasional de The Black Heart Procession hasta la desgana casi sexual de un imaginario Mick Jagger cantando country-blues en medio de la nada. Lo mejor, el cuarteto formado por “Industry In The Snow”, “You Are The Blood”, “No Light To Be Found” y “Three Days, Four Nights”, del descanso revoltoso a la percusión chatarrera del “Swordfishtrombones” de Tom Waits, a la desnudez y vuelta a empezar. Luego vienen un par de canciones en las que parecen el cruce perfecto entre Clem Snide y el Daniel Johnston de “1990”, y más cosas, pero tampoco os voy a contar el final.
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