El segundo disco de caroline comienza con alguien murmurando algo y luego con un acorde de guitarra rápido y un segundo acorde que sirve de contrapunto, cuando entran la voz y la batería también parece que están, cada uno, tocando una canción distinta y, sin embargo, el caos se va reorganizando y todo parece terminar llegando a un mismo punto. Es una perfecta descripción de un disco que es una apuesta más experimental y, a la vez, accesible que su primera obra.
"caroline 2" es un disco de contrastes, de ideas que chocan unas con otras hasta terminar en una total explosión creativa que va más allá de la etiqueta de post rock para sonar a algo totalmente propio en el que se mezclan los Low de los últimos discos, el pop más arriesgado de Caroline Polachek o las melodías más sinuosas de Alex G. Un disco en el que el indie folk se mezcla con el auto-tune y muros de ruido lo hacen con lánguidas melodías y letras que se repiten como mantras.
Este paso hacia melodías más accesibles viene contrapuesto por una producción mucho más osada en la que prueban de todo, como tocar dos canciones a la vez en dos habitaciones separadas, además de varios divertidos guiños en los títulos de las canciones como ese "Song Two", que no es una versión de Blur o ese "Coldplay Cover" que tampoco es una versión de los de Chris Martin.
Quizás el momento más accesible del disco, la maravillosa colaboración con Caroline Polachek, "Tell Me I Never Knew That", es también la canción más estructurada del mismo, pero eso no quiere decir que no tenga sorpresas por su cuenta, como ese saxofón que da paso a ese final medio trap en el que repiten eso de "It always has been, it always will be...".
Otro de los temas destacados es esa preciosidad llamada "U R UR ONLY ACHING" que empieza como un pastoral tema folk, al que se le van añadiendo capas de instrumentos como drones, hasta que se para y se queda una voz y una acústica, sin que siquiera sea el último cambio de una canción con múltiples capas, incluida una maravillosa voz en auto-tune sobre guitarras distorsionadas que te podría haber firmado Rusowsky.
Las sorpresas siguen llegando con "Coldplay Cover" en la que este grupo de ocho miembros se divide en dos habitaciones separadas y comienzan a cantar una bonita canción acústica hasta que el productor coge el micro y se va a la habitación de al lado donde los otros cuatro miembros comienzan a tocar otra canción distinta, mientras sigue sonando de fondo la otra. Parecen dos cosas distintas, pero, entonces, comienzan a sonar las dos a la vez, surgiendo un complejo tema en el que las armonías se complementan a la perfección.
Puede que "Two Riders Down" con sus intensos violines y su voz desgarrada sea lo más parecido a su primer disco, pero el nivel de intensidad, de angustia, de una banda a punto de implosionar, es mucho mayor que en su debut.
Y es que con este disco caroline se consolidan como una de las bandas más interesantes del momento, buscando los límites de su sonido e improvisando sin miedo, pero todo ello dentro de unas estructuras, unas canciones, muy interesantes que terminan sonando como si no estuvieran acabadas del todo, como si fueran seres vivos que siguen evolucionando. Un disco que parece ir cambiando con cada escucha y es, por ello, mucho más excitante.
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