Realismo Mágico

El “Tropical Jesus” de 2020 sigue con sus primeras intenciones y abraza —como siempre, lleno de color— el misticismo. Con “Realismo Mágico” (2024), Carlos Sadness aterriza en un disco con un sonido más producido, con más capas, incluso con melodías más oscuras y pesadas cuando se acerca el final del álbum. Esta progresión dibuja un camino ideado por el mismo artista, que ha participado activamente en la producción de este último trabajo, y lleva hacia un recorrido por la música más emocionante. Y no solo ha participado en la producción, pues Sadness se ha encargado hasta de la ilustración de la portada del disco.

“Realismo Mágico” es una reivindicación constante. Es la búsqueda de la magia en medio de las canciones, que siempre se esconden en la más pura cotidianeidad. Por eso, Sadness incide en conceptos como la ternura, la bondad o la empatía. Es un grito de guerra contra lo efímero, individual y superfluo. Como bien dice una voz femenina y madura al final de “Personita buena”: “La ternura es todo un acto de rebeldía”. Y, en efecto, el catalán abraza la sinceridad de la intensidad para declararse a favor del sentir verdadero y compartido.

En tanto que bebe del movimiento literario del realismo mágico, los escenarios cobran especial relevancia en cada canción. A través de las letras, las melodías y los ritmos de cada tema de “Realismo Mágico”, Carlos Sadness transporta al oyente a diferentes lugares para ambientar la historia que retrata. Como él mismo define, se trata de jugar a ser pintor y dibujar paisajes con lo que cuentan sus canciones. Y, en medio de esta vorágine pictórica, las estrellas juegan un papel especial que actúa como elemento común para todos los temas del disco. Un claro ejemplo es “Big Bang”, que abre el disco y que traza una metáfora clara: la creación del amor como la creación de un nuevo universo. En esta canción, la presencia de las estrellas es evidente; en el resto, hay que prestar un poco más de atención.

Las tres colaboraciones —tres mujeres mexicanas— de “Realismo Mágico” son un completo acierto, puesto que cada tema se adapta a la perfección a las voces y los estilos de sus respectivas intérpretes. Ximena Sariñana aporta a “Lo que fuera” un matiz melancólico a una canción que funciona como carta para una despedida inevitable, mientras que Melissa Robles construye en “Morrita Linda” una suavidad romántica que transporta directamente a las raíces de la música mexicana y Carla Morrison acaricia la triste y tierna “Pequeño Amor” con su voz, tan liviana y cargada de verdad como siempre.

“Realismo Mágico” es un disco redondo, trabajado y con un buen sonido y una producción trabajada, cargado de verdad y sentimiento, siempre en la línea del imaginario y la intención de cualquier proyecto de Sadness.