Petricor

Caricias debutan definitivamente en formato largo, tras aquel EP previo de título ‘Anhela Corazón’ (Auto, 22) publicado también este mismo año. ‘Petricor’ es un disco de comedida extensión que la banda exprime a conciencia aprovechando precisamente esa inmediatez latente, tras sacar gran partido de su poco más de media hora de duración. Una referencia de ocho piezas que se mueve con normalidad entre indie-pop de guitarras, algo de emo y generosas dosis de shoeagaze.

Una mixtura con descarado aroma a los noventa, que captura con fidelidad buena parte de la esencia de la década, además de ofertar una contundencia –ejecutiva aunque también estructural en cuanto a obra global– especialmente meritoria tratándose de una ópera prima. El quinteto muestra diferentes velocidades a lo largo de la referencia, en una decisión que dinamiza y potencia las propias virtudes de las elegidas. Entre las seleccionadas destaca la inicial (y pegadiza) “Fugaces”, “Fúrcula suena” (ubicada a medio camino entre Havalina y Rufus T. Firefly), el ensoñador y brumoso medio tiempo “Brezo que arde”, “Caricias”, la magnífica “Quimera” que apunta directamente a Surfin’ Bichos, o los seis minutos de post-rock del corte que da título al elepé y sirve también para cerrarlo.

‘Petricor’ es un estreno definitivamente interesante, muy apto para nostálgicos dadas sus preferencias vintage y su gusto por grupos como Ride, Dinosaur Jr o My Bloody Valentine. Pero también para cualquier aficionado a las canciones bien hechas, de esas que nunca pierden la cara a la melodía mientras lucen en primer plano guitarras marcadas y distorsiones manejadas con sentido. Unas peculiaridades que, en realidad, no entienden de tendencias, y que ahora los barceloneses vuelven a sacar a la palestra como carta de presentación.