Caballo Muerte
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Caballo Muerte

8 / 10
Marcos Gendre — 29-10-2025
Empresa — Aloud Music / Cosmic Tentacles / Prod. Tudancas
Género — Punk/HC

Pues ya tenemos entre nosotros el esperadísimo debut discográfico de Caballo Muerte, que con este trabajo nos brinda uno de los momentos más viscerales del actual panorama estatal. Así, siguiendo la tradición de otros grandes de la poesía eléctrica tempestuosa como Anari y Lisabö, este cuarteto se hace insultantemente crudo desde el mismo arranque, bajo la sombra arábiga de “Las Flores”. Y de aquí a “Gardenias”, donde ya no hay espacio para la tensión, sino para una bocanada afilada de hardcore-punk a degüello, aunque siempre manteniendo el epicentro del misterio mediante unos tendones rítmicos que fluyen en demarrajes melódicos de fuerza trepanadora. Así como en este corte, Caballo Muerte también se distinguen por su control de cómo y cuándo apretar el acelerador de la rabia, tal como sucede con los grandes referentes del post-hardcore desarrollado en la escena estadounidense de los años ochenta y noventa. De hecho, un corte como “Corre” no desentonaría en el catálogo de un grupo tan infravalorado como Unwound, aunque también nos traslada a la vertiente más punk de los primeros Siouxsie & The Banshees. La cuestión es que la personalidad con la que canta Rakel, incluso, podría entrar dentro de las coordenadas punk de Desechables.

No hay freno en este disco de corta duración, pero de llagas abiertas. No con demostraciones como los seis minutos que dura “Espina”, en la que incluso tiran de matemáticas slowcore en los primeros tramos de un incendio distorsionado que detona las principales virtudes de un grupo capaz de virar de la rítmica post-punk a la espesura doom metal en un suspiro sin dar sensación de forzar la caligrafía de su lenguaje sonoro.

Lo mismo sucede en el resto de un trayecto sin un gramo de grasa. Todo fibra y pegada a través de una expresividad que se impone al resto de formaciones con características parecidas gracias a la conformación de un rostro estilístico donde las arrugas lorquianas conviven con el arrebato noise extremo y donde la poética de Pizarnik revolotea encadenada entre líneas de bajo infernales y gozosos exorcismos eléctricos que afloran con la horizontalidad acongojante de “Caballos”, nueva muestra de tan apabullante demostración para un grupo que, junto a palmeras negras, destaca por hacernos creer en una revolución en torno a la esencia de un punk extremo inteligente.

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