Quizá para matar al padre o puede que sólo por amor al arte, Anja Garbarek, hija del gran Jan Garbarek, saxofonista de jazz inquieto, sigue explorando en su tercer disco, “Briefly Shaking”, el legado de Laurie Anderson, Kate Bush y en menor medida Brian Eno, a través de una electrónica minimalista de rincones oscuros, volantazos inesperados y voz aterciopelada.
“Born That Way”, el delicioso punto de partida de este tercer asalto, es de cine clásico, no le faltan ni el crepitar del vinilo ni la ingenuidad de una Marilyn Monroe desenfocada, que se estrellan en unos segundos contra el muro sampleado del segundo corte (más Bush que nunca), “Dizzy With Wonder”. “The Last Trick” abre con un toque retro y percusión waitiana (sin duda el mejor tema del disco) un ir y venir de viejas nanas (“Yes”), arrastrar de botas (“Sleep”), happy pop lejano (“My Fellow Riders”), tristezas de ascendente dream (“Can I Keep Him?”) y momentos (quizá más elaborados) de la última Madonna (“This Momentous Day”). Un firme paso hacia un prometedor futuro de esta jovencísima artista con pedigree. ¿La guinda? Sí, el saxofonista que aparece y desaparece en algunas canciones es Jan.
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