Ya está disponible la nueva entrega del multiinstrumentista y cantante Bobbi Relac. Este inclasificable e inquieto creador de canciones siempre tiene cosas interesantes que decir y, después de cada discurso sonoro, su mochila cerebral se retroalimenta y vuelve a llenarse de ideas que darán forma a su siguiente aventura musical.
En esta ocasión, nos ofrece una obra de sonido fresco e impoluto, cuyas canciones nacen del Rock para ir creciendo a través de melodías poperas de gran calado que transmiten una sensación de agradable optimismo. Buena prueba de ello es la apertura del disco. "Todo Cambia" cautiva con su estribillo arrebatador, un chute de energía desbordante que no te cansarás de tararear. Similar camino transita "Ver Amanecer", aunque con un tono más agridulce que conduce a terrenos más nostálgicos. "Lógicas Tipo Fractal" (gran título) crea una atmósfera acogedora con unos coros muy presentes y una fina instrumentación. El dinamismo rockabilly de "El Embustero", apoyado en unas guitarras exuberantes y una percusión incansable, supone otro de los momentos clave del LP, otro tema con alma de single. "La Virgen Parda" trabaja más la introspección durante sus casi seis minutos de duración, culminados con un gran tramo instrumental final que hace despertar los sentidos de manera progresiva. En "Haz Hoz Hez" la voz de Bobbi Relac continúa recitando eufórica una elaborada letra (seña de identidad de toda la grabación) antes de dar el relevo a otro extenso pasaje instrumental, donde toda la banda se expande otra vez hacia lugares más progresivos. "Tiempo", en su parte central, nos devuelve a la senda de los ritmos más directos después de una intro más ambiental y una conclusión de tono más sobrio. Con "Burla Sónica" y, sobre todo, con "Charcos de Cristal" (¿tercer single potencial ya?) podrás marcarte unos buenos bailes en tu bar favorito o al calor de tu hogar. "Lo que Terminó" es un bonito canto a las despedidas de toda índole, huyendo de la tristeza y la melancolía que suelen ser comunes en ese tipo de situaciones. No da pena que estas diez canciones terminen, siempre podremos volver a escucharlas.
Una travesía coherente, al final de la cual nos encontramos con este singular cantautor eléctrico en un paraje imaginario, donde disfrutar con él de la música al atardecer, mientras el Sol pinta colores brillantes que invitan a soñar con nubes psicodélicas.
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