Sirva “Big Echo” como oficioso anuncio de la llegada del verano: el segundo trabajo del grupo de Berkeley parece el acompañamiento perfecto para esta época del año, cuando el clima aún nos depara algunas sorpresas en forma de tormenta, pero ya se siente próximo el estío. Producido por Chris Taylor de Grizzly Bear, de cada vez más cotizado y en gran medida responsable del impoluto sonido del disco, el segundo trabajo de The Morning Benders arranca con la soberbia “Excuses”, una canción total repleta de arreglos que marca el rumbo de un disco en el que Chris Chu canta perfectamente acompañado por una banda detallista. Si ya en su debut pesaba la influencia melódica de Brian Wilson, en su segundo álbum su espíritu asoma en cada rincón, pasado por el sedazo de un pop barroco pero luminoso y ligero. “All Day Daylight”, “Excuses” y “Cold War” son de esa clase de canciones que miran al sol de cara, que no temen los chaparrones de mayo porque saben que después llegará junio, vendrá el sol, será verano y todo será un poco mejor. Un gran salto adelante.
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