Llegan los últimos álbumes de Jaume Sisa antes de su transformación en Ricardo Solfa.
Para “Barcelona Postal” (1982), Sisa confió en el olfato arqueológico del artista Benet Rossell para entregar quince versiones sobre su ciudad con una alineación musical abultada y la concepción artística de Antoni Miralda, que además de varias sesiones fotográficas descriptivas de la ciudad nos regala una colección de postales ingeniosas (nos quedamos con la “Escutdella”). El material de Barcelona Postal es ecléctico y divertido, y en él destacan el swing italiano de “Barcellona amante del mar”, la rumba catalana de “Rumba de Barcelona” y el conocido vals de Charles Trénet “Barcelone”. Dos años después, Sisa publicaba el doble álbum “Transcantautor/Última notícia”, con el cual supuestamente se despedía del mundo de la música. La explosión creativa es importante: en “Com un nen petit” evoca su infancia para acabar con la tradicional “Cargol treu banya”; “Futbol” es un repaso enloquecido a la fauna que rodea el mundo del balón; “Hores” nos presenta un Sisa mucho más cercano al de sus últimos álbumes, nostálgico y con ese punto filosófico capaz de embelesar e irritar a partes iguales.
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