Fiaos de esta modesta enseñanza: cuando Love Monk imprime su marca en un álbum, lo hace garantizando que lo que vas a hallar en su interior tiene una alta probabilidad de no decepcionar, tanto en lo estético y en lo musical.
Es por ello, que cuando recibí el debut en forma de larga duración (descontando dos joyitas en doce pulgadas con sendos temas y sus respectivos remixes y deconstrucciones) de Soul Vigilantes tuve la absoluta certeza de que se trataba de un acierto. SV es un proyecto creativo tras el que se esconde José “Jas” Álvarez, una de esas almas inquietas que no cesa crear con la mente puesta en influencias más obvias como Prince o Earth, Wind & Fire y en otras menos evidentes como Zappa o Steely Dan. Si esto se combina con una pléyade de voces afortunadas como Marka Edjo (The Sweet Vandals), Aqeel (atentos a su álbum de próxima aparición como Glen Anthony Henry), Concha Buika, Jocelyn Medina o Xan Blacq, la instrumentación avezada de Pax (Speak Low) a la batería, Martín Buscaglia al bajo o el excepcional tratamiento de la sección de metales; el cóctel resultante es apropiado para ser paladeado en los entretiempos de una noche de desmelene en compañía de una chica de peinado afro en un sofá de skay cualquiera.
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