Más que de una isla la música de Islands parece surgir de un planeta propio, uno extraño y fascinante como la imagen que decoraba la portada de su primer largo y que podría ser Kripton perfectamente.
Ya desde los tiempos en que Nicholas Thorburn y Jaime Thompson lideraban The Unicorns mostraban una clara tendencia a abrir todos los cajones de la cómoda del pop para ver qué había dentro. Ahora que Thompson ha dejado la banda y Thorburn ha reclutado a un puñado de músicos experimentados, Islands sustituyen la urgencia y los sintetizadores por un sonido más elaborado lleno de pompa, violines y todo el tinglado, lo que al principio provoca cierta extrañeza. Pierden un punto de frescura, pero nivelan la balanza con temas revestidos de profusos arreglos que no deberían despistarnos: "The Arm" y "Pieces Of You" son auténticas gemas pop, "Creeper" podría formar parte del nuevo disco de Of Montreal y la ironía y sentido del humor que encontrábamos en títulos como “Don´t Call Me Whitney, Bobby” de su debut ahora los aplican a "Kids Don´t Know Shit". Lo realmente sorprendente es esa ficticia cara B del disco en que se ponen más dramáticos y huidizos. Es allí donde la mayoría nos perdemos un poco.
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