Anticongelante

A Ernest Shakelton y a sus compañeros de expedición se les giró el viento y tuvieron que pelear a contracorriente para sacar a flote su barco y salvar sus huesos. A este trío canario, no exento de gastarse las uñas, sin embargo parece que el viento les acompañe y que el cielo se les haya abierto con aires de melodía pop. Han conseguido romper el hielo que a otros les costó tanto deshacer y parece que la borrasca y el temporal de antes, generados por su condición más post-hardcore y emo-rock, se haya diluido algo. Respecto a “Opium” (2001) y “Polaroids” (2005) su sonido ahora va por nuevos caminos y nuevos rumbos. Han sabido apuntar sus canciones directamente a la diana de la melodía, abriéndose así a otras posibilidades melódicas y a un nuevo rostro melancólico. Siguen sonando desgarradores, cuando recrean sus referentes con más nervio, y es aquí donde Nueva Vulcano se hacen más latentes que nunca. Esas guitarras afiladas, esa pegada con cuerpo, esos textos de infinita vitalidad pero, sobre todo, esa manera de entonar, salvo, si os empeñáis, de los pequeños matices diferenciales del deje canario. Aún así, no alcanzan la contención emocional de los catalanes. No sé si será por cantar ahora en castellano que tal comparación se hace más viva, pero sí que cuando se apaciguan en varios de los medios tiempos que contiene este disco se distancian abismalmente de su género de siempre y acaban acercándose incluso a Maga.