Alejandro Escovedo es uno de esos artistas grandes. Y lo es porque a una carrera honesta como pocas ha unido momentos de calidad inalcanzables para muchos de los que se encuentran en primera línea mediática. Canciones que para él parecen fáciles, pero por las que otros matarían. Un artista al que muchos conocieron por aquel tributo titulado "Por Vida" que le dedicaban gente como Lucinda Williams, Calexico, Ian Hunter, Howe Gelb o Steve Earle para cubrir los gastos de una afortunadamente superada enfermedad.
Eso nos ha permitido seguir disfrutando de un artista con mayúsculas que es capaz de hacer estribillos tan impecables como el de “Heartbeat Smile”, facturar medios tiempos atmosféricos inolvidables como “Beauty and The Buzz”, inclinarse por lo sentimental en “Suits of Bights” (de lo mejor del lote) o acercarse a parámetros punk, siempre desde su punto de vista, en “Luna de miel”. Todo ello bajo la producción de dos auténticos hachas de esto como Peter Buck (REM) y Scott McCaughey (The Minus 5) que se han limitado a sacar punta a las muchas virtudes del de San Antonio. De hecho, han conseguido poner este trabajo al nivel de las grandes obras de Alejandro Escovedo como "A Man under the Influence" o "Street Songs of Love". Aunque el mérito, sin duda, está en la autenticidad y el buen hacer que transpira un artista en un aplastante estado de gracia.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.