Rimas profundas de Antonio Machado

Ni rimas profundas ni Antonio Machado. El título del nuevo disco de Aitorpenak, el pseudónimo musical del incombustible Aitor Echebarria, engaña. Por eso merece la pena aclarar, ya de entrada, que su nuevo largo incluye otra pila de canciones de puro ‘solid pop’, un subgénero de broma acuñado por el propio músico para describir su visión del pop de guitarras de toda la vida.

Grabado en vivo y en directo en los estudios Micromaltese con el productor Marco Morgione (Elora, Mondo Beta, Hollow Empty Minds), “Rimas profundas de Antonio Machado” supone un antes y un después en la dilatada carrera de Aitorpenak al reunir un buen puñado de canciones realmente reseñables. Como la inicial “La tabla de surf”, una pieza de power pop crujiente que puede recordar lejanamente a los maestros Nueva Vulcano —“en Barcelona, tremenda ciudad, ¿a quién cojones puedo denunciar?”—, y la animada pero fatalista “Segundas crisis”, más deudora de los malagueños Airbag. “Crisis coyungal, crisis de ansiedad, crisis, me temo que viene otra crisis”, aseguran en una de las estrofas.

“Rimas profundas de Antonio Machado” va de costumbrismo y miserias, no es precisamente una juerga. Rezuma melancolía y preocupación en piezas centrales como “La vida moderna”, “Manías y filias” (geniales esa trompeta y los ‘pa pa pa ra pas’ finales) y “Síndrome de Dublin” en las que Aitorpenak habla de estrés, agonías, apatía y enfermedades.

Si bien podrían haber sacado más partido al riff vertebrador de la instrumental “Pol·lucions Nocturnes” y siento que “The High Skulls” desentona en este disco, la banda que completan el bajista Adrián Domínguez y el batería Raul Casal entrega en términos generales un meritorio álbum con pinceladas de genialidad como los 39 segundos amenazantes de “Mans massa grans”, solo voz y palmas, inspirada en Francesc Peris, el sacerdote que reconoció haber abusado de niños y niñas durante décadas, y la mordaz “Por no estar”, un juego de palabras sobre la adicción a la pornografía. En resumen, pop de guitarras sólido y entretenido, que no es poco.