Si hace veinte años le hubieran dicho a Damon Albarn que la creación de un proyecto como Africa Express continuaría resonando con tanta fuerza en el futuro como en el momento de su génesis, seguramente el británico sentiría todavía más convicción para llevar a cabo su propósito. Tal vez por eso no es casual que, precisamente ahora, seis años después de su último periplo, el colectivo decida regresar al frente, cambiando una vez más su base de operaciones y sumando nuevos enteros a una fórmula que comenzó a conquistar oyentes hace ya dos décadas.
Siempre con el afán transformador de entretejer culturas y derribar prejuicios, el colectivo ha firmado proyectos genuinos en algunos de los puntos más conflictivos y desfavorecidos del planeta (Siria, Mali, Congo, Etiopía…). Para la ocasión que nos ocupa, sus responsables ponen los pies en América por primera vez, concretamente en el enclave del festival mexicano Bahidorá que da nombre al que es ahora su nuevo álbum de estudio (“Africa Express Presents...Bahidorá”). El evento no solo sirvió como escenario ideal para disfrutar de ese torrente de emoción y espontaneidad vibrante que es Africa Express en directo; también hizo las veces de residencia creativa para los involucrados, quienes durante esta suerte de colonias multiculturales llevaron a cabo el proceso de composición, ensayo y grabación del disco (camaradería, espontaneidad, sonidos ambientales y convivencia real fueron los ingredientes esenciales para este). Pero más allá del cómo (una metodología que siempre trasciende los límites de la ortodoxia), también conviene subrayar el dónde y el quién.
Nada en la intención de este disco es casual y el contexto en “Bahidorá” importa. Hablamos de un proyecto grabado en México y cuyas veintiuna canciones dialogan con el fuerte rol simbólico del país en materia de migración y con las crecientes oleadas de persecuciones raciales que actualmente están sucediendo en el continente (mientras el disco es publicado, los titulares protagonizados por la ICE se multiplican a diario). Por ello, y aunque sea desde el buen rollo (“Defiant Ones”) y la energía visceral (“Kuduro”), hay una constante pátina de reivindicación en la propuesta que no podemos olvidar.
Algunas de sus voces se encargan de recordárnosla con mayor literalidad, como la de la cantante transgénero Luisa Almaguer, quien añade vetas de introspección al todo con su característico barítono, acompañando los arreglos de violín de Joan As Police Woman en relatos tan personales como globales (“Hacernos así”), o Mare Advertencia, que eleva la apuesta plantándole cara a la misoginia y defendiendo la noche segura en “Mi Lado”.
Coyunturalmente, también hablamos de uno de los trabajos más oportunos en términos estilísticos de la discografía de Africa Express, pues en el marco de su diversidad encontramos géneros musicales que en los últimos años han despegado mediáticamente y hacen que la propuesta se sienta fresca. Llevados a su terreno, tenemos un poco de afrobeat (“Seya”, “Otim Hop”), otro poco de kuduro (“Tayhana”, “Ofrenda de sangre”), algo de folklore experimental (“The Sky Above You”), música urbana (“Invocation”), mezcolanza indie (“Raise a Glass”), raï acústico (“Dorhan Oullhin (“What The Heart Desires)”) y hasta corridos locales (de “Kelegusta” a “El Diablo y la Bruja”, hasta llegar a la españolización de The Smiths en “Pánico (Cuelga al DJ)”).
Sería inútil citar a los más de treinta artistas que suman su granito a la causa (Nick Zinner, Django Django, Mexican Institute of Sound, Fatoumata Diawara, Poté, Imarhan, y suma y sigue), no solo porque necesitaríamos un monográfico enteramente dedicado a ellos, sino porque, a fin de cuentas, el proyecto no va de individualizar el talento de sus partes ni personificar éxitos propios. A modo de postal viva y sintiente, “Bahidorá” reafirma el carácter plural de Africa Express y sirve como puente entre México, África y Occidente desde un punto de vista íntimo e irremediablemente político. Una lección de entendimiento mutuo en medio de un mundo fragmentado, con la música como única y verdadera protagonista.
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