A Ghost Is Born (20th Anniversary)

Coincidiendo casi con el profesional paso de Wilco por nuestros escenarios estivales, desde hace unas semanas se ha publicado una edición conmemorativa por el 20 aniversario de su álbum “A Ghost Is Born”. Disco del que han recuperado para esta gira canciones como: “Handshake Drugs” “Hummingbird”, “Spiders (Kidsmoke)”, que son posiblemente las más emblemáticas del álbum junto a “Theologians”.

Este es un disco que sin duda marcaría un antes y un después muy evidente en la carrera de la banda, cerrando una nueva etapa y abriendo otra. Un fantástico broche final de una de las épocas más gloriosas (hay quien opina que ya nada ha vuelto a ser lo mismo a la hora de componer joyas atemporales) donde jugó un papel vital el productor y músico Jim O’Rourke, animando a Jeff Tweedy a experimentar con su guitarra y el sonido, tal y como queda patente en un tema tan inclasificable como “Less Than You Think”. No en vano O’Rourke, que ya había participado en las mezclas del disco anterior de la banda, venia de la escena más experimental de Chicago como miembro de Gastr del sol, además de formar parte Sonic Youth entre 1999 y 2005 y haber sido miembro también de Loose Fur, el proyecto paralelo del propio Tweedy que, en cierta medida, acaba por resultar la piedra fundacional de esta nueva etapa de corte más experimental.

“A Ghost Is Born” es la consecuencia natural de su predecesor “Yankee Hotel Foxtrot”, pero sin la influencia de Jay Bennett. Un hecho que supuso toda una liberación para un Tweedy que no estaba atravesando por el mejor de sus momentos. De sobras es conocido que el lanzamiento del disco tuvo que aplazarse por el ingreso de este en un centro de rehabilitación, y desengancharse así de los opiáceos que consumía de forma muy frecuente, para limitar sus fuertes migrañas, además de los ataques de ansiedad y pánico. De todo ello se nutrió el disco. Por eso el toque sombrío de alguna de sus letras y ese áspero rasgueo de la guitarra inspirado sin ambages en el modo de hacer de Tom Verlaine de Television. Solo hay que escuchar “At Least That’s Way Tou Say”, tema que abre el disco, para darse cuenta de ello.

Pero “A Ghost Is Born” es también un trabajo en el que la banda juega de forma magistral con la tensión y la electricidad, sometiendo al oyente a un viaje de texturas y emociones que van de la calma a la desesperación con una facilidad pasmosa y, sobre todo, un sentido de la melodía que desarma y captura incluso a los seguidores de la faceta más folk-rock del grupo. La heredera directa de The Band. Solo hay que escuchar el enlace de temas como la suave y delicada “Hell I Chrome”, done el piano y la voz susurrada de Tweedy son los protagonistas, con la tensión rítmica, puro metrónomo, de “Spiders (Kidsmoke)”, donde aflora también el alma kraut del disco, para llegar al fingerpicking folk de “Muzzle Of Bees”, que también va ganando en tensión y donde el estilo Verlaine a la guitarra se materializa de nuevo. Y así hasta regalarnos luego esa joya atemporal llamada “Hummingbird” que ya está entre los mejores temas del grupo por méritos propios. Tema que viene marcado por unos saltarines acordes al piano, cortesía de un Mikael Jorgensen que empezó como asistente del estudio de sonido, y acabó como miembro de la banda durante los veinte años siguientes. Nada extraño si escuchamos su trabajo en otros  momentos del álbum  como la deliciosa “Theologians”.

“A Ghost Is Born” es, por tanto, el disco donde todas las personalidades de Wilco prescriben, a la vez que se dan cita y se fusionan con una maestría que no se va a volver a repetir. Uno de esos discos culmen que marcan un hito y que acaban por proyectar una sombra tan alargada que afectará a toda tu obra posterior. De hecho habrá que esperar hasta la llegada de “Cruel Country” (22) para sacudirse del todo ese mismo legado con una singular vuelta a los orígenes. Ese punto primigenio que dio pie a la leyenda y que reultó ciertamente inesperado a la par que bienvenido.

Por cierto que la reedición con motivo del 20 aniversario se puede encontrar en dos diferentes versiones. Una reducida de dos Cd’s, que recogen el disco original y otro con tomas alternativas y temas captados en directo. Y otra ciertamente espectacular que contiene nueve vinilos y cuatro compactos o nueve compactos, con un total de sesenta y cinco canciones inéditas que nos descubrirán todos los entresijos y el proceso de creación de esta obra maestra. Todo depende ya del grado de fanatismo y el poder del bolsillo de cada uno. Aunque cabe decir que esta vez sí merece la pena el dispendio.