El contacto con Vic Chesnutt, para quien ejercieron de banda de apoyo en el aclamado “North Star Deserter”, parece haber vuelto más terrenales a los hasta hoy celestiales Silver Mt. Zion.
Doce anecdóticas miniaturas sirven de puerta de entrada para este quinto trabajo, en el que, una vez más, cuatro extensas y cambiantes composiciones, cada una alrededor de los quince minutos de duración, sirven para exponer las nuevas ideas del combo de Montreal. La voz sigue ejerciendo de centro de gravedad, una de las señas de identidad de la banda desde hace tiempo, si bien el tratamiento es más cercano al del mundo del rock, abandonando el aire coral que sobrevolaba “This Is Our Punk-Rock” o “Horses In The Sky”, y que ahora ha sido sustituido por el protagonismo absoluto de un Efrim que grita sus particulares himnos de Sión como si le fuera la vida en ello. Sin duda, la visita a los infiernos de las raíces de la mano de Chesnutt ha servido de inspiración para la enésima reencarnación de unos Silver Mt. Zion más imperfectos y descarnados que nunca, y que invocan a su manera el espíritu libertario y apocalíptico de “Kick Out The Jams”.
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