WINTERCASE 2003
Conciertos

WINTERCASE 2003

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08-01-2004
Empresa — Razzmatazz
Sala — Razzmatazz 1, Barcelona
Fotografía — Archivo

SUEDE + Astrud + The Veils La Riviera (Madrid) 22 noviembre
Noche de perros, cierre de edición, ni un solo taxi de verde, atasco bíblico en la Gran Vía… en resumen, que me perdí a Astrud y a The Veils. Reconozco, eso sí, que se me pasó todo cuando comenzó a sonar “Introducing The Band”, presagiando show memorable. Más que eso, la penúltima actuación de Suede en nuestra capital –dos semanas más tarde ofrecieron un showcase para gente guapa en una tienda madrileña: viva el mal, viva el capital- fue un regalo en el que los londinenses demostraron que suyo es el mejor cancionero del pop británico de los noventa. Intercalando momentos de magia romántica –“The Wild Ones”, “The 2 Of Us”, “New Generation”, “So Young”- y precisión melódica –“Trash”, “Beautiful Ones”, “She´s In Fashion”-, guiados por el saber hacer y mejor cantar de un Brett Anderson en caja alta, repasaron su brillante colección de sencillos, incluyendo el último -“Attitude”- y despachando un inesperado bonus en la apertura del bis –“Music Like Sex”- que justificaría per se una segunda parte de “Sci-Fi Lullabies” (97). La despedida, con el estribillo de “Saturday Night” licuándose lentamente tras la dermis del respetable no pudo ser más adecuada. Fueron muy grandes y se despidieron como tales.

ELECTRIC SIX + Deluxe + Hoggboy + April Fool´s Day Razzmatazz 2 (Barcelona) 23 noviembre
Para la jornada, a priori, más guitarrera del certamen se contó con la presencia de dos de los grupos de mayor presencia en los medios en estos últimos meses, como son Electric Six y los británicos Hoggboy. Además, esa misma noche estaban programados Deluxe, lo cual garantizaba una baza ganadora. En Barcelona, además, se contó con la presencia del joven grupo April Fool´s Day, que se encontraron tocando para una sala semivacía pese a su buena predisposición. Hoggboy llegaron más ásperos que en su anterior visita como Flavour Of The Month. La verdad es que con la figura desmotivada de Hogg poco cabría esperar de un concierto que acabó siendo de mera transición. Deluxe volvió a bordarlo y Xoel López se presentó con una banda que sonó más rockera que nunca. Cayeron sus clásicos, “Song For Ana”, “Freak”, “I´ll See You In London” e incluso se atrevieron con el “Baba O´Riley” de The Who. Se despidieron -no podría ser de otra forma- con “Que no”. Para acabar y tras hacerse de rogar más de lo necesario les llegó el turno a los auténticos cabezas de la noche, Electric Six. Los de Detroit son una banda que, aunque no disponga de músicos virtuosos, presenta un discurso coherente a base de la más ácida autoparodia. Dieron al público exactamente lo que querían: rock garagero de garrafón servido por un Dick Valentine con mucho más de showman de Las Vegas que de frontman de banda de rock. Prácticamente repasaron todo su disco “Fire”: “Dance Commander”, Naked Pictures (Of Your Mother)”, “Gay Bar” y, cómo no –prácticamente la sintonía de todo el festival-, “Danger! High Voltage”. Como sorpresa del bis, se ensañaron con “Radio Ga Ga” de Queen y el delirio general se hizo sofocante.

DAVE GAHAN + Discordinated + Ellos La Riviera (Madrid) 27 noviembre
Desgraciadamente, la peor jornada del festival en Madrid coincidió con la presencia de un personaje emblemático para la historia del pop, un Dave Gahan que conserva el balanceo de sus caderas y cierto magnetismo en directo a base de jalear a su público, cual pastor con sus ovejas, en un juego de tengo lo que buscáis y todavía me queda gomina (y, curiosamente, pelo). Pero la noche no pintaba bien: sólo asomarse al concierto de Ellos ponía mal cuerpo, porque su propuesta en directo -dicen que no pudieron probar sonido- se va deshaciendo como la espuma: por momentos. De Discordinated mejor no hablar mucho, el triste chiste de un rapero, un siniestro y un crustie (¡ah! y un bajista heavy) dando berridos desde un laberinto electro (en su formación se esconde Harry K, de Apollo 440). Vale, ¡qué se piren!… Dos actuaciones cortas que presagiaban un concierto largo de Gahan, que a su vez olía a concierto de Depeche Mode con pretensiones gratuitas: cuero negro, contoneos y torso desnudo a la segunda canción -los fotógrafos, claro, se relamían en el foso. Pero Gahan aburría con sus composiciones en solitario y hacía mirar para otro lado con las de Depeche Mode; todo ello sin perder esa perspectiva autoindulgente de la music for the masses que me resulta tan desagradable. Cuando, rozando la segunda hora, destrozaron “Never Let Me Down Again”, me marché. Aún quedaba media hora más con set acústico incluido. Así se jode la nostalgia, sí señor.

SPIRITUALIZED + Mew + Chucho República (Valencia) 30 noviembre
Y llegó el último día de la segunda edición del festival itinerante Wintercase, que triunfó en Valencia pese al cambio de sala a las afueras de la ciudad. Sin duda gran parte del mérito de ese triunfo fue la configuración de un cartel coherente y bien dosificado (a estrella grande por día) que hizo que prácticamente todos los días las salas República I y II ofrecieran un lleno considerable. En el caso del domingo 30, incluso, el recinto se vio medio lleno con un público que se vio satisfecho ante la posibilidad de ver tres bandas de diferente calibre, pero igual de interesantes. Empezando por los manchegos Chucho, la banda del ya mítico Fernando Alfaro, los cuales con un inicio algo tímido y conservador acabaron como siempre ganándose al público, y en especial a sus fieles, incluyendo dos temas nuevos del que será su próximo y esperado álbum. Como siempre su directo resultó infalible. Seguidamente los daneses Mew, de una juventud más que evidente, fueron los encargados de transportarnos casi al infinito con sus melodías de pop duro e intenso apoyados de una proyecciones exquisitas que, junto a un sonido muy compacto. Embelesaron a la mayoría y, aún sin ofrecernos nada nuevo, supusieron una bocanada de aire fresco. Por último, Spiritualized, la banda del enigmático Jason Pierce, cumplió las expectativas, manteniendo a la audiencia sin titubeos y alcanzando momentos de auténtica catarsis mientras repasaban su discografía. A Pierce no le hizo falta ni moverse de su asiento para dejar claro quién manda ahí. Un sonido perfecto que supo a poco para algunos y demasiado para muchos otros. En definitiva, una de esas veladas intensas de las que hacen falta de vez en cuando.

Un comentario
  1. Parece que a este señor la música se la pele bastante. Si no te gusta ni un puto concierto, deja esto, dedícate a opositar.

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