¡Qué buen invento la música!
ConciertosSilvia Pérez Cruz ...

¡Qué buen invento la música!

7 / 10
Lola García — 13-09-2025
Fecha — 11 septiembre, 2025
Sala — Palacio de Exposiciones y congresos / Granada
Fotografía — Miguel Ángel Molina

La quinta edición del ciclo 1001 Músicas – CaixaBank vivió una de sus noches más especiales con el encuentro entre Sílvia Pérez Cruz y Salvador Sobral en el Palacio de Congresos. Para ambos era la última fecha en España de su gira conjunta, tras su paso por Granada le tocaba a Sobral hacer de anfitrión en Lisboa, todo dentro esa especie de “dos en la carretera” con el que han presentado Silvia & Salvador.

El diáfano recinto, se redujo un salón íntimo con alfombras y lámparas de cálida incandescencia, todo para acoger un repertorio en movimiento constante. La apertura con "Ben poca cosa tens" donde ya Silvia interpeló a un auditorio repleto que nanareó el final de ese poema de Miquel Martí I Pol y "El corazón por delante" (o el con el Corazón al volante como también bautizaron el tema de Jorge Drexler) marcó la senda de un recital construido desde la cercanía y el diálogo. Sobral celebró su primer concierto en la capital granadina recordando su paso por el Festival Tendencias de Salobreña. Imparable conversador hizo los honores y presentó a Darío Barroso (guitarra), Marta Roma (chelo) y Sebastià Gris (acústicas). Luego los dos protagonistas intercambiaron sentimientos más que palabras solemnes adelantando que iba a ser una noche en casa de dos amigos.

De ahí surgieron momentos delicadísimos, como "Hoje já não é tarde" (tema de Luísa Sobral, hermana de Salvador) o L’amour reprend ses droits, que ambos interpretaron bailando frente a frente elevando el concierto a musical. El tono se volvió evocador con "Someone to Sing Me to Sleep", introducida por Barroso con una guitarra que recordaba al Gustavo Santaolalla más cinematográfico.

Tras un interludio protagonizado el trío de excelentes músicos, Salvador volvió acompañado solo por Marta Roma y ese viaje conjunto a Brasil, y luego Sílvia regresó sola al escenario para ofrecer uno de los momentos más conmovedores: "Pequeño vals vienés". Aprovechó para dedicar el tema a su mánager Álex Sánchez, a quien reconoció como la persona que la introdujo en el universo musicales de lo que ella llamó sus “tres Reyes Magos”: Lorca, Cohen y Morente. Y sí, oro, incienso y mirra en su interpretación.

Con "Este presente", llegó el momento de disfrutar lo que sucede aquí y ahora, como ese chelo de Marta y el diálogo de guitarras entre Gris y Barroso. “Me gustaría vivir en esta canción”, confesó Salvador. Nosotros lo vivimos. “Qué buen invento la música” añadió Silvia para reivindicar su poder para dar presencia a los que no la tiene, a los que están siendo borrados de la tierra, de la vida.

El cierre del set llegaba con "Muerte Chiquita" el tema de Javier Galiana fue un perfecto resumen de lo vivido hasta el momento, esa intersección entre lo íntimo, lo poético y lo teatral, con un guiño de Sílvia a Carlos Cano y su María la Portuguesa. Final en alto.

El público no permitió que terminara ahí y, tras un sonoro pataleo, los artistas regresaron para firmar ese epílogo esperado con "Mañana". El apunte final lo puso un inesperado "Anda estragar-me os planos", en el que Sobral colmó su vena teatral con un divertido monólogo en inglés buscando entre el público a una tal Angela, un amor perdido.Un grupo de turistas americanas se dieron por aludidas y fueron las que disfrutaron de lo lindo del gag. Así es él.

Lo de esa noche fue un retrato de amistad, honestidad y complicidad artística, atravesada por humor, sensibilidad y la riqueza instrumental de una formación que viajó entre idiomas y registros. La ovación final confirmó que, en Granada, la música se vivió como un acto de celebración compartida.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.