La emoción íntima de las raíces
ConciertosSarah Lee Guthrie

La emoción íntima de las raíces

7 / 10
Fernando Sampedro — 11-09-2025
Empresa — Elas Son Artistas
Fecha — 09 septiembre, 2025
Sala — Sala Mardi Gras, A Coruña
Fotografía — Rubén Porca

Uno de esos pequeños lujos que los aficionados a la música, en este caso la de raíces norteamericanas, nos podemos permitir, los suele proporcionar la coruñesa sala Mardi Gras, cuyos responsables y dentro del ciclo 'Elas Son Artistas', acercaron hasta la ciudad donde nace el Atlántico a la nietísima de Woody Guthrie e hija de Arlo, Sarah Lee Guthrie, acompañada por su hija Robin y su sobrina Serena, bisnietas del genio, claro.

Tres voces, dos guitarras y un público atento, callado, emocionado, como pocas veces se ha presenciado, bastaron para crear y dejarse envolver por una atmósfera íntima, familiar. Cada pausado rasgueo, cada susurro y cada frase compartida con el público dibujaron un retrato emotivo que trascendió la música. Sin alardes, pero con una entrega cálida y sincera, Sarah desplegó el vernáculo folk de su abuelo, al que en realidad nunca llegó a conocer en persona, ya que Woody falleció antes de que ella naciera.

Esa es una de las varias historias que nos relató con su dulce y cariñosa voz, que sonaba absolutamente celestial cuando afrontaba el repertorio de esas viejas canciones de denuncia, tan lejanas y a la vez tan vigentes, que llevan el sabor agridulce de las raíces. Las composiciones propias de Sarah (a la que, no olvidemos, le produjo un disco Gary Louris), y un par de ellas de Robin, germinan con un frescor más contemporáneo, presentadas en este formato con las voces perfectamente conjuntadas, verdaderas armonías maternales con toques de doo-wop. Pura calidez, en un concierto que fue una caricia en el corazón, un ritual de conexión, memoria y emoción.

En apenas un par de horas, el Mardi Gras tomó nueva vida: respiró Folk, historia y autenticidad. Y como guinda final, un guiño dulce a la identidad local: Sarah invitó al público a entonar en gallego el estribillo de “This Land Is Your Land”, construyendo un puente cultural que resonó con cariño en la sala: 'Esta terra é a miña terra e foi feita para ti e para min...'. No olviden nunca que estas máquinas, las guitarras, matan fascistas.

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