Santander Summer Festival
Conciertos

Santander Summer Festival

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05-09-2005
Empresa — Last Tour
Fotografía — Archivo

Calor, hierba, unas increíbles puestas de sol y amaneceres desde el acantilado cercano, la playa ahí mismo y un cartel a priori atractivo para esta primera edición tenían más que gancho para acercarse a Santander este año. Llegué al recinto cuando terminaban Fresh y se preparaba todo para la actuación de El Columpio Asesino en el escenario Pop. Arrolladora la puesta en escena e impagable versión de Pixies. Maga serían los siguientes en aparecer en medio del reciclaje de público. Nada que ver con los anteriores, pero nos dejaron buen sabor de boca a base de sus más que conseguidos éxitos de pop electrónico. Ocean Colour Scene demostraron, derrochando sonidos negros, que han alcanzado la madurez a lo largo de estos años, separándose bastante del brit-pop de sus inicios. Terminaron con una traca de hits que dieron con el punto más caliente de un público con muchas ganas de Festival. Un grupo de los que nunca defrauda. Lo contrario sucedió con Morcheeba quienes sufren demasiado el cambio de vocalista, ya que su voz era “santo y seña” de la banda y con ella alcanzaron sus grandes logros. El público se mostró bastante frío. Por fin aparecieron en escena el grupo que revolucionó la noche, “Wet From Birth” es el título de un cuarto álbum que les avala. The Faint la liaron sobre las tablas y a pie de ellas. El público quería bailar y desgañitarse y así fue. Chemical Brothers saltaron a escena con un “Hey Boy, Hey Girl” que causó locura transitoria entre el respetable que llevaba esperándolos toda la tarde, pero a pesar de su montaje de luces y su inconfundible sonido fueron creando una escena cada vez más aburrida, que, a pesar de todo, no dejó impasible a ninguno de los allí presentes. Esa primera noche la Carpa Camel tendría un cartel algo más que contundente, en el que Helmut Gaier o mejor dicho Dj Hell, cabeza del sello Gigolo, exhibió su particular estilo de tecnoglamour, Marco Carola nos hizo sudar con una sesión que recordaba al Carola que siempre conocimos, dejando a un lado sus últimas tendencias. Le siguió un Mulero en estado puro. Sí todavía quedaba alguien con fuerzas y ganas (nos consta que sí) pudieron sacar todo el “bicho” que llevaban dentro. Después de una mañana de asfixiante calor y repetidos baños en la cercana playa, en la que intentamos recuperar fuerzas, nos preparamos para la segunda jornada del festival. Esperaba más de The Fever, quienes sonaron toscos. Una pena. Manta Ray no decepcionaron, no pueden, ya que llevan haciendo lo mismo desde que sacaron “Estratexa”. En el fondo se agradece esa familiaridad. Los Planetas, a los que les hubiera agradecido eternamente el anuncio de su separación, todavía con aire digno, al finalizar su actuación en Sonorama, lo hicieron medio bien en Santander. Canté incluso. De Sonic Youth todos esperábamos algo más. No es que la cosa fuera mal, pero a un grupo de este calibre uno debe exigirle algo más. La sensación fue como de cansancio y hastió, aunque por momentos salían de su letargo para llevarnos a disfrutar de sonidos que solo la banda neoyorquina nos sabe regalar. Rinoçèrose fueron los encargados de echar el telón en el escenario Santander 250, y, ya se sabe, los franceses saben conseguir que las pistas echen humo a base de guitarreo y excesos electrónicos que a más de uno dejaron boquiabiertos, poniendo a bailar todo personal y dejándonos con un sabor de boca que pocos de los presentes olvidaremos. La carpa Camel invitaba a que todos tuviésemos las fuerzas intactas para afrontar lo que se nos venía encima. La noche comenzaba con unos 2 Many Dj´s que bombardearon al público con una sesión electrónica, lejana de aquellos amalgamas de pop rock que suponían sus anteriores apariciones. Eso sí, dejaron caer a Blur y a Undertones: por momentos pensé que la carpa se venía abajo. Otro ineludible de los festivales de este verano fue Felix Da Housecat, quien ofreció un set a lo largo de cual parecía más concentrado en regodearse con su música que en hacer disfrutar a los que allí se congregaban. Aún así el auditorio estaba abierto a disfrutar de la velada. Me quedo con Vitalic y con la cara de niño bueno con la que nos miraba mientras movía su mano diciendo adiós tras una sesión tan elegante como efectiva. El año que viene habrá segunda edición, y allí andaremos.

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