¡A galopar, a galopar! El legendario grito del poeta Rafael Alberti convertido hace más de medio siglo en himno de resistencia por Paco Ibáñez es ahora clamor contra el genocidio. La Sala Fundición de Logroño acogió el jueves 4 de septiembre la segunda edición de la iniciativa solidaria "Rock por Palestina" y el público riojano, como ya ocurrió en junio en una primer ocasión, respondió agotando las localidades con días de antelación. Y respondió también cantando con una sola voz contra el horror que Israel está perpetrando en Gaza: ¡A galopar, a galopar!
Quienes hicieron su magnífica versión de ese tema, todo un mito de la canción protesta española, fueron The Sandías All Stars, un excepcional combo formado para la ocasión por músicos de varias bandas logroñesas de prestigio: Dani Pérez (de Tobogán), Víctor Estrés (Los Zigalas), Diego M. Continente (Messura), Ibai Landa (Eh, Mertxe!), Bea Subero (Hijas del No) y Pablo Magariños (Mutagénicos). Junto a ellos, compartieron escenario Isra y La Banda Palestina y Eli y Los Revivalites; en total, tres grupos muy diferentes entre sí, muestra de la variedad y la vitalidad musical de la ciudad, y prueba del compromiso de la cultura riojana con esta causa de emergencia absoluta. Completaban el cartel como artistas invitados la cantante María Rodríguez, la drag YÂO k y el poeta Enrique Cabezón. Todos, en sintonía con el público, protagonizaron una extraordinaria velada, mezcla de justa reivindicación y disfrute.
Eso es algo que distingue a Isra y La Banda Palestina, un grupo social y políticamente comprometido en sus letras que tiene sus señas de identidad musical en los ritmos de la rumba y el reggae, y se mueve con desparpajo entre el folk guitarrero y el son cubano. Desde los temas con los que abrieron el concierto, 'Hacia un mundo perfecto' y 'El son de la Banda Palestina', lanzaron con entusiasmo su mensaje de esperanza a través de la acción y la música, para seguir con canciones emblemáticas de su repertorio como 'La jinetera' y 'Hambre o ganas de comer'. La cantante gaditana María Rodríguez se sumó a ellos para interpretar una ranchera y 'Entre tangos, rumbas y reggae' antes de hacer bailar a toda la sala con la disparatada fusión entre El Consorcio y La Polla Records titulada 'Al compás del chachachá'. Fue un buen bolo de una banda combativa con la que siempre se puede contar.
A continuación YÂO k puso una pincelada de reivindicación trans bailando dos temas con la libertad por bandera y los colores de la palestina como atuendo. Y el poeta local Enrique Cabezón leyó al palestino Refaat Alareer, conocido como 'la voz de Gaza', asesinado junto con su familia en diciembre de 2023, quien en vida denunció el apartheid al que Israel somete a su pueblo. "Si he de morir, debes vivir para contar mi historia..." Tales son los primeros versos de su último poema.

Llegado el turno de The Sandías All Stars, el escenario se tornó un espacio acogedor con mesas y platos llenos de catas de ese fruto rojo de pepitas negras y corteza verde y blanca que se ha convertido en símbolo de una bandera que no todos los medios toleran. La reunión semiacústica de Dani (guitarra y voz), Víctor Estrés (percusión y voz), Diego (eléctrica y voz), Ibai (guitarra y voz), Bea (voz) y Pablo poniendo orden desde la batería, un combo heterogéneo pero hermanado por una notable camaradería, fue un verdadero regalo para un público en el que, más que seguidores, hay amigos de sus respectivas bandas. Así es, en buena medida, la escena musical logroñesa: una familia.
Empezaron por todo lo alto con 'No quiero salir', de Eh, Mertxe! y, tema a tema, siempre in crescendo, fueron desgranando, uno de cada una de sus formaciones: 'Tormenta de sal', de Los Zigalas; 'Battleground', de Hijas del No; una espectacular versión de 'Medicando costumbre', de Tobagán, con Dani demostrando saber ser suave y brutal al mismo tiempo; 'Tan pequeño', de Estrés; e 'Invertebrados', de Messura', con el emotivo pero nada empalagoso regreso de Diego a los escenarios un año después de la disolución de la recordada banda. Para despedirse, los Sandías guardaban esa sorpresa irrepetible pero tan oportuna en nuestros días: '¡A galopar!' Y, en cierto modo, Logroño fue en esos momentos un caballo desbocado.
Faltaba el fin de fiesta y los encargados de hacer bailar hasta la medianoche a un público ya entregado fueron Eli y Los Revivalites. Con la personalidad de su vocalista, la energía del grupo al completo y Chapis reforzando las guitarras, estos guardianes del 'revival' ofrecieron a todo ritmo una selección de su nostálgico pero vitalista repertorio: música yeyé, garaje, rock y pop-punk, versiones en castellano de éxitos de los 60 y los 70 desde Los Salvajes a los Brincos, Micky y los Tonis y un montón de referencias españolas, italianas y latinoamericanas amantes de aquella música anglosajona: 'Yo grito', 'No, no, no', 'Lloro', 'Guateque' y 'Cha, cha, cha twist' fueron algunos de los títulos escogidos, reconvertidos de aquellos éxitos intemporales que siguen en la sangre de todo viejo rocanrolero. Ejemplo para otras ciudades.

El segundo "Rock por Palestina" ha vuelto a estar organizado por las gestoras culturales Paola Feregrino y Ainhoa Tilve en colaboración con la Sala Fundición, Acampada por Palestina Rioja y Amistad con Palestina La Rioja. Inspiradas por el concierto solidario de canción de autor que Elena Aranoa organizó en mayo en Logroño, la primera convocatoria de "Rock por Palestina", celebrada el 19 de junio fue también un éxito: aforo completo desde varios días antes de la cita y con una gran aportación de donaciones de fila cero.
En aquella ocasión se recaudaron 2.510 euros para la cuenta de emergencia en Gaza de la UNRWA, Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos en oriente medio). En esa primera cita las bandas participantes fueron Bittercalvo, The Derty Gerties y Los Zigalas, que contaron con Elena Aranoa, Jonás y Ana Amanda Sainz, Mati Larrea, Nicolás Pascual y Dani Pérez, como artistas invitados. Esta vez la racaudación ha ascendido a 2.570 euros, que irán destinados a la ong Paz en Dignidad.
Con el rock como protagonista, la convocatoria atiende a un doble objetivo: por un lado, colaborar económicamente para que el pueblo palestino reciba ayuda humanitaria y, por otro, concienciar y visibilizar un drama atenta directamente contra los Derechos Humanos. Así mismo, también quiere servir de semilla para que otras ciudades sigan el ejemplo: que otras comunidades organicen conciertos de rock en favor de Palestina involucrando al tejido cultural de cada región. Y así sumar voces a un clamor mundial contra el genocidio: ¡A galopar, a galopar! ¡Hasta enterrarlos en el mar!
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.