Antes de pasar a contarles lo mejor del contenido musical del Festival Periferias, quiero destacar que puede que sea éste uno de los festivales que más cuidan los pequeños detalles, así como su programación paralela. Dossieres creados como álbumes de cromos que el público debía intercambiar, exposiciones fantásticas, performances, danza y “Redoladas”, todo un festival paralelo al alcance de todos los públicos y bolsillos. La quinta edición de Bleep! comenzó con el techno de Gabb Martín en la sala principal y el minimal del maño Carlos Hollers en el chill out, en la Plaza de Toros, escenario elegido para la ocasión. Hasta pasadas las cuatro de la mañana se fueron turnando baile y experimentación en ambos lugares, sorprendiéndonos gratamente los jacetanos Acechadores, con un juego músico-visual sólo apto para los que buscan emociones fuertes. También gustaron, y mucho, los franceses Del Wire, a medio camino entre los breaks, el downtempo y la abstracción electrónica, al igual que Pársec. Otro representante de la ciudad del Ebro, Chelis, sorprendió a propios y extraños con una sesión donde hubo de todo, hip hop, drill & bass y hardcore. De los cabezas de cartel, destacar el directo de Jonh Starlight como Zombie Nation, combinando producciones de sus dos personalidades como el contundente “Blood Angels” o el celebrado e inevitable “Kernkraft 400”. Los franceses Avril apenas convencieron, salvando eso sí su potente hit “Can´t Stand Your Ex´s Rock Band”. El sábado 23 se celebraba el homenaje al Tránsito, centro neurálgico de la movida oscense de los ochenta. Leopoldo María Panero, el lírico de la desesperación y el terror, con su porte de abisal personificación de vuelta de todo, convocó a un buen puñado de gente en el Centro Cultural del Matadero. A las doce comenzaba el revival ochentero pasado por la batidora freak. Dj Sherki, creador y pincha residente en el Tránsito cubría con remezclas de clásicos del tecno-pop los huecos entre actuaciones. Ludotech, es decir Juanjo Javierre y Luis Lles, escudados tras máscaras de luchadores de catch mexicanos, se entregaban a un sesión a lo 2Many Dj´s, con pinceladas de canciones que fueron un guiño constante al tecno, al advenimiento del acid house o a las primeras músicas del mundo. Víctor Coyote sigue siendo el monstruo del pantano, irreverente y destructor, garagero y brutal, con una banda fiel a la las gafas de pasta negra y lo Bo Diddley. Tocó temas de su nueva entrega, “¿A qué viene ahora silbar?”, hizo guiños al pasado con “Extraño corte de pelo”, y una revisión de “Esta noche me voy a bailar” con la que cerró el concierto. Aviador Dro clavaron un concierto en el que no hubo ni un momento para la quietud o la contemplación. Apoyados por una tecnología actual que hace que las canciones, con sus antiguos panfletos futuristas y la solidez del metal, sonaron con una energía desbordante. Mezclaron algún tema nuevo de su disco con Subterfuge, con revisiones de sus clásicos: “Néstor el Cyborg”, “Ultimátum a la Tierra”, “Selector de Frecuencias” o la coreada “Nuclear Sí”. El viernes 29 la programación estaba dedicada a la Cataluña bizarra. Desde el cancionero cálido y evocador de Xavier Baró, acompañado por una excelente banda, y la excéntrica, ruidista y minimal propuesta de Aleatory Grammar, hasta "Matacerdos”, el último espectáculo del cantautor más punk, Albert Pla. Entre actuaciones, amenizaron a los platos Los Herois de la Katalunya Interior. Dos de los conciertos más celebrados de la noche los protagonizaron el inefable y siempre sorprendente Pau Riba, presentando “Ribaibal”, una antología acústica de toda su obra, que comenzó a desarrollar acompañado de su guitarra entre el público. Y, cómo no, Astrud. Manolo demostrando que su voz es aún mejor en directo que grabada, y Genís con algunas de las intervenciones más lúcidas e incisivas del panorama musical actual. Complicidad entre ambos, empatía con el público y canciones brillantes que hicieron que el tiempo se nos pasara volando. La velada siguiente traería a Huesca parte de lo mejor del panorama hip hop internacional: Jeru The Damaja, Mike Ladd, el Dj Brokenwindow y los zaragozanos Loncho & Eric B y Violadores del Verso. El domingo 31 era el día de los más bizarros, de lo mejorcito de lo peor, de quienes van por caminos distintos e inesperados sin esperar que los sigas. Tres conciertos representativos del mundo raro imperante en el Periferias 2004. A los platos, un Dj Aï (uno de sus múltiples nombres, yo sugiero otros como Dj Cencerro o Dj Como-una-cabra) pletórico pinchó lo que le dio la gana: desde lo mas inocente a los Helmet mas cañeros, cantó encima de los temas y jugó a darnos miedo con efectos de voz. Y como primer concierto... ¡un playback! Perdonaremos a Der Plan por dar un concierto germánicamente divertido, con caracterizaciones sencillas y desternillantes, ilustrando un techno minimalista y ochentero de calidad. Como plato fuerte, Lydia Lunch entró por la puerta grande y nos enturbió los oídos con un sonido oscuro, denso y delicioso, confirmando que es la reina del spoken: nadie exhala tanta fuerza cantando y recitando. Por último, Mocky y compañía demostraron que gente más o menos normal pueden llegar a ser los más frikis en escena. Un concierto de soul-pop muy ochentas, con pinceladas del hip hop más suave, y una escenificación fresca y divertida fueron la clave. No faltaron las flexiones, las escaladas a la P.A. y la fiesta final.
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