Metalway Festival
Conciertos

Metalway Festival

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30-08-2006
Empresa — Rock´N´Rock
Fotografía — Archivo

Por segundo año consecutivo Gernika se convirtió en el edén de los sonidos metálicos y vestuario oscuro. Un pueblo que durante tres días acogió a miles de seguidores y aguantó un buen bombardeo de decibelios. Los primeros fueron los madrileños Dreamaker, una banda interesante y original de heavy metal que no tuvo su día. Les siguieron Benedictum, grupo que sirvió para disfrutar del heavy más clásico. Hamlet intentó integrarse en la “onda” metálica, pero resultaron un poco lentos y pesados. Sin embargo, Finntroll y su polka/folk metal dieron la primera alegría del día. Al igual que Nevermore y Brainstorm, que demostraron ser muy buenas bandas de power metal americano y alemán respectivamente, destacando sobre todo la potencia de los segundos y su vocalista. Después llegó la calma de la mano de Anneke y The Gathering, en un viaje que sedujo a los más abiertos de mente. Pero la calma poco duró, dado que la recta final era apoteósica. Los canadienses Annihilator volvieron después de varios años y Jeff Waters consiguió conquistar a los presentes con clásicos como “Alison Hell” y “Never Neverland”. Ángeles Del Infierno cumplieron con su regreso a la tierra que les vio nacer con todos sus clásicos. Kreator asestaron un nuevo puñetazo de thrash metal y Stratovarius cerraron el día con un set list muy acertado, pero con un vocalista que no pasaba por su menor noche. El sábado día 29 comenzó mucho mejor. Los no tan reconocido Axxis demostraron ser una banda compacta e interesante. El buen inició continuó con el conciertazo de Arch Enemy. Los suecos liderados por Angela Gossow (cantante) y Michael Amott (guitarra) demostraron ser unos maestros del death melódico. A continuación, el listón bajo un poco con Rage, que ofrecieron un buen concierto pero un poco denso. Después llegó la hora de los ruidosos Dark Funeral. Con maquillaje estándar de black metal, se esforzaron en machacar cabezas, pero el pésimo sonido les arruinó. Seguidamente, Metal Church dieron el primer aviso “clásico” del día y My Dying Bride el oscuro y de corte doom. Las masas volvieron a congregarse en las primeras filas para recibir a los míticos Testament, con un repertorio muy clásico como thrash metalero. Gustaron. Los siguientes fueron los power metaleros Gamma Ray. Los de Kai Hansen nunca fallan. Con los temas de siempre y un público entregado fueron de los mejores de la noche. Finalizando la noche, Ministry dieron el toque industrial y machacón con una gran puesta en escena. Pero el día terminó con Celtic Frost. Banda legendaria que tocó demasiado tarde pero cautivó a los fieles y atrajo a los escépticos. Para terminar, el domingo día 30 fue el más complejo de los tres. Diferentes estilos en escena bajo una misma bandera. El primer cañonazo llegó de la mano de los navarros Koma. A Brigi y compañía les toco abrir cuando la gente despertaba o comía. De todos modos, hubo bastante público para poder ver el perfecto directo a base de temazos como “El Infarto”. Runic, los segundos del día, dieron la campanada con un concierto estático pero interesante. Los vikingos de Castellón ganaron la batalla del directo. De tíos barbudos y peludos, a un cuarteto de rubias y ojos azules llamadas Crucified Barbara. Mucha imagen y poca chicha. Después, el festival tuvo el primer imprevisto. Gracias a Iberia, Jon Oliva no pudo llegar a tiempo y Metal Church repitieron. La atmósfera oscura del día la protagonizaron Moonspell y Within Temptation. Los lusos lo dieron todo y los “radiofónicos” holandeses demostraron ser una banda de metal que es capaz de ofrecer conciertos sin desperdicio. A Barón Rojo el concierto le supo a poco, aunque supieron aprovechar todo su tiempo. Edguy, con el cantante Tobias Sammet con problemas de salud, anduvieron bien pero sin convencer. Para los renovados Helloween tampoco fue un buen día. Se cargaron el concierto con dos temas de más de siete minutos. Sin embargo, la recta final fue lo mejor del festival. Megadeth y su líder Dave Mustaine tocaron el cielo. Los mejores clásicos (como “Holy Wars”) con los mejores músicos. Seguidamente, Blind Guardian también brillaron. Aunque no sean los de antes, siguen ilusionando y tocando realmente bien. Para cerrar el cartel, Jon Olivas Pain. Después del complicado viaje por el que pasaron, presentó sobre el escenario –a las cinco de la mañana- lo mejor de Savatage.

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