Fecha: 19 y 20-06-09 Público: 28.000 personas aprox.
La segunda edición de Kobetasonik comenzó con un piso embarrado y unafina lluvia (el típico sirimiri de la capital vizcaína, vamos) quesupuso una afluencia pobre durante las primeras horas de conciertos,tiempos muertos en los que les tocó bailar con la más fea a losautóctonos Idi Bihotz, las rockeras nórdicas Crucified Barbara y los efectivos Gojira con su metal agresivo y crudo, preludio de lo que iba a acontecer en el siguiente escenario con los californianos Devildriver, liderados por el ex-Coal Chamber Dez Fafara. Los rimelados Hot Legcomenzaron su rock´n´glam aullado en falsete y estampa escénica justocuando el barrizal formado dificultaba el acercamiento a losescenarios, pero para la llegada de Cathedral camiones cargadosde paja habían alfombrado el terreno para solaz de nuestro calzado. Ellegendario Lee Dorrian con sus poses y gestos evocaba al Ozzy de losbuenos tiempos (el de hace cuatro décadas) y su apuesta por el sonidoBlack Sabbath se vio reflejada en su set-list plagado de riffs lentos ypesados. A la vuelta de la esquina estaban los vampíricos Cradle Of Filthsacando brillo al cuero para montar su show acelerado y teatral, aménde interludios operísticos que acumularon a las hordas amantes delmetal agresivo, que iban a tener una grata sorpresa con los samuráis Trivium que arrasaron con su potencia y puesta en escena. Sin duda una de las sensaciones de la tarde junto con Journey,auténticos clásicos del AOR melódico que repasó sus temas nuevos y losclásicos como “Don´t Stop Believin´”, de vuelta a la actualidad graciasa “Los Soprano”.
La noche se tornó más oscura y llegaron Machine Headatronando con una potencia desmesurada y una fuerza cautivadora quedejó a la gente sin aliento para el que se preveía plato fuerte de lanoche, y que a la postre apenas llegaría ser catalogado de simplerefrigerio, un cada vez más descafeinado Marilyn Manson. Un recital anodino, pese al espectacular montaje. Gracias a Dios Mike Muir y Suicidal Tendencies aguardaban su turno para hacernos botar con su punk acelerado y divertido y olvidarnos así del mal trago del show anterior.
La segunda jornada contó con una masiva afluencia de gente desde losprimeros momentos y la amenaza de lluvia que no llegó a descargar.Abrimos boca con Ekon y Lauren Harris, hija del mítico bajista de Iron Maiden, que apuesta por el rock melódico, todo lo contrario que God Forbid, auténticas bestias sonoras que taladraron tímpanos y agitaron cerebros. El panorama se relajó (un poco) con Buckcherryque hicieron un concierto rockero puro y duro y directo, sobre todoapoyados en su sobretatuado cantante Joshua Todd. Volvimos al metal másépico con los británicos Dragonforce que nos mostraron sucosecha de power-metal acelerado y cargado de un virtuosismo, quizásdesmesurado, pero esforzados en hacer un bolo divertido, al igual queunos inquietos Papa Roach, que no pararon de mover a sushuestes con la fortaleza de su metal-punk melódico y merecieron elreconocimiento de los allí presentes. Uno de los momentos más esperadosde la tarde llega con los neoyorkinos Anthrax, padres deltrash- metal que nos deleitaron con himnos como ”Indians” o “Im TheLaw”, y que sorprendieron al público con su recién estrenada versióndel “New Noise” de Refused.
Thin Lizzy cayeron del cartel y nos pusieron sobre el escenario a los teatrales Lizzy Borden,con su líder enmascarado, túnica en ristre entre ráfagas de heavyamericano de los ochenta, incluyendo el numerito devampiro-muerde-rubia. Una fórmula más sencilla tienen In Flames,paladines del death melódico sueco con un grado de madurez musical yescénico que no falla y no decepcionó al gentío, que estaba ya pensandoen la banda de Vince Neil, pero los dioses del metal progresivo Dream Theater tenían su turno para aletargarnos con su técnica y sus temas largos y complicados.
Y el momento más esperado llegó. Los macarras Mötley Crüesaltaron al escenario con “Kickstart My Heart” para despertarnos. Labanda se movía frenética por el escenario y nos regalaban “Girls,Girls, Girls” (la más coreada), “Doctor Feelgood” y “Shout At TheDevil” junto a temas de su último trabajo y dejaron una actuación quizácorta y con momentos de poca continuidad (sobre todo con el speechdisparatado que se marcó Tommy Lee en un momento del show), pero confuerza. Y para acabar con quien tuviera algo de energía en la recámara,los metalcore Hatebreed arrasaron con su expresión deinconformismo y contundencia, dejando un buen sabor de boca a estasegunda edición que apuntala a Bilbao como referente en la escena metaleuropea.
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