Han pasado ya más de cuarenta años desde la mayor revolución vivida en el rock de la Zona Especial Norte (EH). Una era extremadamente convulsa donde confluyeron en un mismo espacio temporal: la heroína (“inyectada” por dealers insensatos y codiciosos y, en menor medida, por criminales de estado), la lucha armada, el enorme desempleo, la reconversión industrial, el terrorismo policial y gubernamental, el SIDA, el golpe militar fallido, la hartura cantautoril, la escasa querencia por doncellas y dragones del averno, etc. Factores todos estos que alimentaron el nacimiento y posterior predominio del punk “basko” que, por mucho que pese al legendario e irrepetible trio calavera de Santurtzi, se etiquetó -con suma sapiencia- cómo Rock Radikal Vasco, siempre con el objeto de definir una corriente colectiva pujante y, a la larga, notablemente trascendente.
Ha sido este 2025 cuando, gracias a la ardua labor del periodista de (larga) carrera Javier Corral “Jerry”, se ha editado el libro “Fiesta y Rebeldía” (Editorial Liburuak), una guía oral extensa y concluyente para con el referido movimiento juvenil. En consecuencia, este pasado sábado, en el sombrío y “abstemio” Urban Hall del Palacio Euskalduna, seis bandas “baskas”, ante seiscientos entusiastas, rindieron pleitesía a la magna obra literaria y a la propia corriente cultural ochentera autóctona (allí bien representada por “ejecutantes” cómo Niko Vázquez -MCD-, Roberto Moso -Zarama- y Roge Blasco -Lavabos Iturriaga- y “vividores” del momento cómo Fernando Gegúndez y Josu Larrinaga).
Abrieron el “akelarre” los guipuzcoanos GAILU (únicos de los músicos actuantes que vivieron en propia carne los días del RRV) que, con mucha escuela, vanguardismo y kraut, un combativo Okene y el bajo hardcoreta de Drake, caminaron como un puto metrónomo para sublimar himnos tales cómo: “Don Vito y la Revuelta en el Frenopático” (Kortatu), “Incorruptible” (RIP) y “Euskal Polizia” (BAP!!). Tras la tormenta, ANARI y su banda “elegantie” impusieron un rock noventero al “9 Zulo” (Kortatu); con un previo grito de: “Gora Mahoma!” (se cumplían estos días veintidós años del óbito del portentoso frontman de Arrasate), llevaron el “Terrorismo Policial” (RIP) a los fúnebres reinados -por ejemplo- de los canadienses Cowboy Junkies; cerrando con una solemne “Pakean Utzi Arte” (Hertzainak).

Los mungietarras BELAKO (foto de encabezado) avasallaron ya de entrada con una rockista y sorprendente “La Vela se Apaga” (Parabellum). Puro magnetismo el de Cris Lizárraga cantando en la lengua de Cervantes. Y puro refinamiento al atacar (en dualidad de voces) con armas dub y post-punk el “Hay Algo Aquí que Va Mal” que Kortatu succionaron de la adaptación del “Doesn´t Make it Allright” de The Specials por parte de los irlandeses Stiff Little Fingers. En la coda final: “Hil Ezazu Aita” (Hertzainak) mostraron todo su savoir faire, superando a los añorados babazorros.
LA TXAMA, quinteto predominantemente “naburro”, resultaron ser los mejores discípulos de sus aitites del RRV: regalaron al sediento respetable una enorme bolsa llena de cervezas y vino, lanzaron guiños a Cicatriz y utilizaron la sagaz y salvaje retranca “naburrika” para cargar contra la escoria. Cual fanfarria liderada por un búfalo…, ayudados por el autotune, el ska saltarín y los ritmos mariachis, honraron festivos a Potato con “Miguelín el Cashero”, Tijuana in Blue con “Clarete y Speed” (Eskroto luciría orgulloso de semejantes hijos o nietos putativos) y Eskorbuto con una “bonika”, “Adiós Reina Mia” (adaptación “sui generis” por Iosu Eskorbuto del “Adiós Angelina” de Los Payos, cover a su vez del “Farewel Angelina” de Bob Dylan y Joan Báez).
La muy en la actualidad renombrada banda por los connoisseurs, SILITIA, disfrazados cuál cruce entre Hidrogenesse y un combo calorro (el frontman lekeitiarra lucía cómo el Jeros de los Chichos), trasladaron el skatalítico “Buitraker” de Baldin Bada a territorios del funk dislocado, a los días de la No Wave y los primeros Talking Heads. Acto seguido, optaron por la psicodelia narcótica de Hawkwind en el “Ba Al Leike” de los añorados Jotakie. Para cerrar el set con un sugestivo y conmovedor, “Iñaki, Zer Urrun Dagoen Kamerun” (Zarama).
La fiesta culminó con la rebeldía artística de JOSEBA IRAZOKI ETA LAGUNAK. El de Bera y su cuarteto abrazaron a The Wedding Present y la Velvet más cruda para versionar el histórico himno “Mucha Policía, Poca Diversión” de los eternos Eskorbuto. Siguieron con el “Sospechosos” de Kortatu, correteando por las sendas de The Sound o, incluso, The Vipers. Curiosamente, la cima de la velada llegó con la última canción de la celebración: los ecos iniciales a Television y los aullidos finales, deudos de Suicide, elevaron hasta el infinito un “Zoaz Euskal Herrira” de Zarama que, ya por sí misma, es arrebatadora.
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