Fiesta Demoscópica Comunidad Valenciana
Conciertos

Fiesta Demoscópica Comunidad Valenciana

-- / 10
28-02-2015
Empresa — Mondo Sonoro C. Valenciana
Sala — Sala Magazine, Valencia
Fotografía — Liberto Peiró

Si de lo que se trata en una fiesta demoscópica es de tomar el pulso a la escena emergente de una ciudad, la de este año en Valencia no podía lucir mejor cartel ni celebrarse en un local más adecuado. Además, la gente respondió estupendamente a la convocatoria, y Magazine estuvo siempre lleno a lo largo de una tarde-noche que se abrió con Summerisle. El trío, formado por dos componentes de Las Rodilleras y una de Las Rómulas, celebraba la llegada, ese mismo día, del álbum que comparten con Ghost Car, y durante media hora tocaron los temas incluidos en el disco (“Hoy”, “Ya ves (el fin)”, “No hay vuelta atrás”), su ya conocida versión de Creedence Clearwater Revival (una adaptación pop al castellano de “Bad Moon Rising”) e incluso alguna canción nueva.

Destilan un aire amateur que las emparenta con los Modern Lovers, Beat Happening y la escudería K Records, lo cual conduce directamente a cierta conexión con el espíritu riot grrrl (hay quien las ha comparado con Slant 6), aunque desde posiciones más candorosas que combativas. Imposible no caer rendido ante su sonido descuidado y sus melodías vocales.

La segunda banda de la jornada llegó desde Xàtiva, y tampoco podía estar escogida con más tino, ya que Ghost Transmission debutan en largo el mes que viene. Y a tenor de lo que se pudo ver y escuchar, van a dar mucho que hablar. Sonido sin fisuras, de una solidez apabullante, para un cuarteto que traza con estilo la línea que une a Velvet Underground (versión incluida) con Spacemen 3 y The Jesus & Mary Chain. Pop ensuciado de ruido y plagado de melodías adictivas, que no ocultan sus deudas, pero que enganchan porque son hits en potencia. Que usen el inglés en las letras es la única pega que se puede poner a un cuarteto en el que destacan las guitarras noise y shoegaze, los bajos distorsionados y una batería escueta, reducida a lo esencial (con Moe Tucker y Bobby Gillespie como referentes), a la que la cantante del grupo saca el máximo partido. Arrolladores.

El fin de fiesta llegaría de la mano de Fela Borbone, que no es precisamente un artista emergente, pero ha desarrollado toda su carrera musical al margen de cualquier convencionalismo. Enfundado en su mono rojo y armado con su guitarra de fabricación casera, protagonizó un inmejorable colofón en el que, como es habitual, estuvo acompañado del mierdofón, chisme de su invención que sirve de base rítmica para que desarrolle algunas melodías surf que parecen obra de un Joe Meek de la chatarra. La guinda, siguiendo la tradición, fue cosa de Jaume Bored, que se calzó la guitarra-polla para mancillar a Devo y Wilson Pickett, rociar de espuma a las primeras filas y terminar de convertir el show en la juerga descerebrada que toda celebración demoscópica debería ser por decreto. Así, sí.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.