Festival de contrastes este Gutiérrez, especialmente térmicos: de hecho pasamos de la deshidratación vespertina a un frío casi siberiano durante la noche. Abrían Melón Diesel y, como sucedería con un amplio porcentaje de asistentes, me sería imposible presenciar su actuación. Eso sí, espero que en directo contasen con la fuerza de la que carece «La Cuesta De Mr. Bond». A continuación y con insultante puntualidad aparecieron los mallorquines Sexy Sadie, con Jaime a torso descubierto y repasando con buenas maneras gran parte de su último disco, sin dejar a un lado ese «In The Water» que, sin duda, ayudó a convertirles en lo que son hoy en día: una apuesta segura. Manta Ray iban a tocar en una hora difícil, a las 17:30, bajo un sol plomizo y asfixiante que no invitaba precisamente al público a seguir de cerca su actuación. Aunque a estas alturas suene a obviedad, los asturianos volvieron a demostrar por enésima ocasión que, en este país y sobre un escenario, nadie puede hacerles sombra. Quizás algo más densos que de costumbre, emocionaron con un show en el que no faltaron «Tin Pan Alley» (se echaron en falta las cuerdas), un soberbio «Sol», de una intensidad sofocante... Y es que su actuación fue, otra vez, toda una experiencia, una fiesta en la que el mayor refinamiento y el más áspero ruido se encontraban para anudarte con fuerza la garganta y hurgarte las entrañas. Con Placebo las cosas cambiarían de tercio. Con un Brian Molko ataviado con falda y un sonido que no les haría toda la justicia que merecen, su actuación alcanzaría grandes momentos de la mano de «Brick Shithouse» o «Teenage Angst», alcanzando una de las respuestas más entusiastas por parte de un público que demostró conocer mucho más que sus hit-singles. También vitoreados, Molotov rozarían lo paródico con su adaptación a lo hispano de las enseñanzas de Rage Against The Machine. Incapaces de aportar nada nuevo, no evitaron caer en la obviedad y en la proclama descastada, aunque no vamos a negar que el público se lo pasa en grande gritando a voz quebrada eso de «matarile al maricón» o «dame, dame, dame todo el poder», pitando, botando y aplaudiendo a un grupo que se acabaría convirtiendo en el plato fuerte del festival para los aficionados menos exigentes. Lo de Hole resultó, en cierto modo, paradójico. Paradójico es que, con semejante repertorio y carisma, su concierto no convenciese ni con todo a favor. Love le echaría la culpa al lamentable sonido, aprovechando de paso para soltar todos esos comentarios viperinos que tan bien se le dan. Obviamente, tuvieron sus buenos momentos («Violet», «Miss World» o «Celebrity Skin» y sus versiones en acústico de Dylan y REM), aunque lo mejor sería –Melissa aparte- ver cómo Courtney llevaba de cabeza a los roadies y al personal de seguridad invitando a algunos fans a subir al escenario, trepando por unas escaleras, enseñando nalga a los asistentes, para acabar regalando su guitarra a un aficionado. REM, por su parte, protagonizarían uno de los shows más aclamados, aunque tanto su repertorio como su ejecución lo merecía sobradamente. Con un Stipe capaz de dedicar temas a Bosé y Sanz, un Mike Mills inspirado como nunca y con esos acompañantes de excepción que son Ken Stringfellow (Posies) y Scott McCaughey (Young Fresh Fellows), los de Athens recuperarían sabiamente clásicos del calibre de «Fall On Me» o «Driver 8», aunque la multitud corearía con mayor facilidad hits como«Losing My Religion» y «Man On The Moon». Nota alta para ellos. Orbital lo tendrían más difícil. Con la mitad del aforo abandonando a toda prisa el recinto en busca de una bebida con alcohol, los hermanos Hartnoll se enfrentaron a un recinto más adecuado para raves al aire libre y lo hicieron adecuando su repertorio a las necesidades horarias. De ahí que«The Box», por ejemplo, se limitase a unos cuantos compases de breakbeat, que«Satan» resultase de lo más apropiado y que lo más sorprendente acabase siendo su adaptación del tema central de la serie«Dr. Who». Sólo que, al final, la valoración global del festival quedó a medias, dando la impresión de que no todas las expectativas acabaron satisfechas.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.