Ya que no es la primera vez que la organización de Festimad cambia el formato y la ubicación de su actividad principal (el festival multitudinario) no vamos ahora a caer en el tópico de criticar su particular forma de hacer las cosas. En la edición de este año Festimad Sur se mostró como un festival urbano de dos días (sin camping), de acceso gratuito (previo envío de mensaje con móvil), con un solo escenario (sin carpas ni Dj’s), donde los protagonistas musicales fueron por un lado los cabezas de cartel (véase Tool, Alice In Chains y Deftones) y los grupos maqueteros que representaban a los municipios del sur madrileño (un total de seis), que a día de hoy siguen apoyando al festival pese a los tristes sucesos acontecidos el pasado año. Centrándonos en el terreno de lo musical y haciendo un esfuerzo por obviar el nefasto sonido que ofrece esta plaza de toros en particular, destacamos de la primera jornada a grupos como Hybrid que tuvieron el honor de inaugurar el festival a ritmo de death-metal, Vértice con un notable metal de guitarras cantado en castellano; Nacen de las Cenizas con una particular manera de entender las nuevas modas de un metalcore casi adolescente; Virgen con bastantes más tablas a la hora de subir al escenario y defender un recién estrenado debut que da cabida al rock en su vertiente más melódica y cercana a estéticas cores. Tanto se nota el crecimiento de los alicantinos que en su primera cita grande su vocalista Jorge no tuvo reparo en bajar a cantar al foso “Cada vez” con sus seguidores y colaboradores, los únicos que estaban cerca del escenario hasta el momento en que el grupo de Chino Moreno hizo acto de aparición. No ha sido Deftones nunca un equipo que coseche buenas críticas en directo y no va a ser ésta una excepción. El show de los de Sacramento no hizo sino incidir en la certeza de lo que un día fue y ya no es, con el citado frontman ejerciendo de caricatura de sí mismo. Por suerte, los que crecieron contemporáneamente a Deftones también lo hicieron con Tool. Los encargados de cerrar la primera noche de Festimad abrieron fuego con “Stinkfist” y ya sólo esa detonación valió la pena. Pero obviamente la cosa no iba sólo de eso y al magnetismo de un Maynard con sombrero de cowboy y el talento de Jones, Chancellor y Carey se sumaron las habituales pantallas de imágenes a lo largo de las “Forty six & 2”, “Schism” o “Vicarious”, dejándonos a todos con la necesaria y aliviante sensación de que, pese a las adversidades, la música sigue siendo un arte mayúsculo. La segunda jornada ofreció los recitales de Sr. Lobo haciendo pop muy básico en castellano; Atsphear que facturaron grandes canciones de death metal (lástima que apenas hubiese público, ya que su actuación destacó muy por encima del resto); No Aloha que aprovecharon la ocasión para revisar entre sus canciones de pop-rock-grunge a los Pixies y Lastrick, un veterano grupo que resurgió del pasado en este festival para repasar diferentes temas de punk y hardcore de su discografía. Después de los grupos de concurso la actuación de Zoo se desarrolló sin pena ni gloria, ya que algunos temas de su álbum homónimo, como “Música del descontento”, siguen perdiendo efectividad cuando los ejecutan en vivo. La apisonadora sueca Soilwork, que intentó, sin fortuna, destrozarnos aún más los tímpanos a golpe de death metal, se supo ganar a un tímido público que lentamente ocupaba posiciones para disfrutar de la gran leyenda grunge de la noche, Alice In Chains. Afortunadamente el set cubierto con clásicos como “Them Bones”, “No Excuses” o “Rooster” fue presentado excepcionalmente a la voz por Will Duval, el sustituto de Layne Staley (al que se le rindió homenaje) y sentó de maravilla a un público entregado y agradecidísimo al cien por cien con la banda. Llegados a los bises y tras escuchar “Would?”, Festimad cerraba sus puertas un año más, en el que la música sin duda ha sido la principal protagonista.
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