El festival que abre la temporada,el más veterano, dicen que el más enrollado, claro que otros dicen que el más modesto. En cualquier caso se realiza en Granada,y eso son palabras mayores. Curioso inicio (escenario Munster) el de SinPerdón, un combo formado por ex miembros de bandas míticasde la escena granadina (La Guardia o 091) y practicante de un funk rock enérgico, pero más apelmazado que los cuellos de camisa de Neil Hannon. Por su parte, Ktulu, como era de esperar, siguieron reproduciendo con una concreción casi insultante los logros -y también los patinazos, que los tienen- de su historial y dejando claro de paso que, pese a no ser uno de sus mejores días, pocos, muy pocos, les andan pisando los talones. Precisamente todo lo contrario que esa promesa venida a menos que ha resultado ser Cornershop, posiblemente la banda con el directo más aburrido del planeta. Nadie, excepto quienes lo hemos vivido, sería capaz de imaginar lo pobre, angustiosa y desagradable que puede resultar la experiencia de asistir a dos de sus actuaciones en menos de veinticuatro horas. Si en Barcelona echaron mano de "Brimful of Asha"entrado el ecuador del show, en Granada no tuvieron más remedio que usarlo a los pocos minutos, en un vano intento de evitar lo inevitable. Suerte que Chumbawamba no andan preocupados en ser el grupo más cool de los festivales. Inmersos de lleno en una suerte de universo paralelo, los ocho componentes de la banda más política del pop británico abrieron con "Give the anarchist a cigarette" y nos deleitaron puntualmente con unas salidas de tono -sorprendente en una banda de sus características- dignas de Albert Boadella (disfraces de boxeador, monja, trajes de ladrillos...). Y sí, con "Tubthumping"-¡pedazo de single, sí señor!- y "Drip, Drip, Drip"se llevaron al público de calle. Sintiéndolo mucho a Ocean Colour Scene les despacharemos en pocas palabras: el mismo concierto y la misma profesionalidad de las anteriores quinientas veces en que nos han visitado. Más difícil resulta describir lo que ofrecieron los ya desquiciados Faith No More. Si hace unos meses -"Album of the year" lo demuestra- seguían dándose cabezazos sin piedad, Patton y los suyos -especialmente Bottum y el efectivo John Hudson- nos sorprendieron con una intensidad inédita obviando algunos de sus grandes clásicos. Un gran directo pese a las caras de indignación de los más puestos. Al día siguiente, King Changó y Ska-P no dejaron de alabarse mútuamente. Mientras los primeros no sorprendieron demasiado con su ya conocido reggae-funk latino (sólo "Melting Pot" forzó el que fuesen vitoreados), los segundos se mantuvieron a ese nivel politico-panfletario-jocoso al que nos tienen acostumbrados. Al menos tuvimos a la siempre efectiva y desengrasante Amparanoia a modo de respiro entre ambos. Menos aún consiguieron los pelmazos de Dream Theater con su metal progresivo -¡ja!-de excelente factura (sonó "One" de Metallica) y pelín reaccionario. Suerte que Therapy? ("Semi-Detached" nos permitirá devolverles parte de nuestra confianza) se dejaron la piel, con un Andy Cairns al frente que no dudó en hacer pedazos su SG tras habernos excitado con "Stories", "Isolation", "Teeth grinder". Les perdonaremos que casi nos echaran abajo el stand de firmas de MondoSonoro. Iggy Pop repitió casi punto por punto su show en el DoctorMusic Festival del año pasado, esto es, consiguió elevar la temperatura del personal hasta tal punto que, en pleno delirio, el público destrozó una de las cámaras-grúa de Canal Sur. Si a eso le sumamos la pelea en plan far-west que su banda de heavis montó por la noche en el emblemático Planta Baja, más rock´n´roll no se puede pedir. De los pocos que siguen haciendo leyenda en cada actuación. Bad Religion ya no son una banda punk de culto, sino uno de esos ejemplos todo terreno ideales para festivales. Propios y extraños se muestran capaces ya de corear "No Control" o "21th Century Digital Boy" y, a los pocos minutos de estrenar las, "Raise your Voice"o la metal-oriented "The Biggest Killer in American History". Tan efectivos como de costumbre. Por lo que respecta al escenario Satisfaxion, destacaremos tres actuaciones por motivos bien distintos. En primer lugar la de los madrileños Side Effects, (siguen demostrando estar tan cerca del rock como del techno), especialmente gracias a sus particulares directos -un solo tema, tres vocalistasy un guitarra en escena-. Lástima que un corte en el fluido eléctricoles obligase a dar por terminada su actuación justo en el mejor momento. En segundo, la del mítico geniecillo de Detroit Kevin Saunderson que demostró no contar con un directo (dj) a la altura de su creatividaden estudio. Y tercero, la de un Howie B que nos perdimos a causa del inesperado cambio de horario. Mientras unos se relajaban en la carpa Ajoblanco, otros optaron por la caldera de un escenario Autor Tipo que dedicó un primer día a los ritmo más calientes y un segundo a iluminarias de la escena independiente nacional. Allí destacaron el primer día Trimelón De Naranjus con su ecléctico show entre musical y teatral, los concienciados Garaje H desde México y Hechos Contra el Decoro desde Madrid vía Gora Herriak, y unos Potato que siguen contando con una sólida basede fans que les no les olvidan. El segundo día destacaron unos futuribles Fila India que amenazan el trono de Hermanos Dalton, unos Cecilia Ann dispuestos a todo ante su inminente puesta de largo, unos sorprendidos 7 Notas 7 Colores que descubrieron lo mucho que se les quiere también en el sur y, dejémoslo así, unos bochornosos Mamá Ladilla con su pastiche entre el rock urbano y los viejos trabajos de La Polla. Como era de esperar, el escenario flamenco "El Flamenco viene del Sur" mantuvo un nivel envidiable (dejando a un lado las caídasde última hora -Estrella Morente, por ejemplo-, la discutible ubicación y, en consecuencia, el desangelado ambiente). Enrique Morente -con (EscenarioMunster) y sin Lagartija Nick- demostró ser un profeta incluso en su tierra. Si con los Lagartija fue capaz de dejar tirado y sin aliento al respetable, en una demostración portentosa de poder y de jondura flamencos, al día siguiente volvió a enloquecer al personal con su cante, regalando al público algunas piezas exquisitas, comoun "gitano espiritual" (perdónenme el osado término) a cuatro voces que aún no he podido olvidar. Inenarrable. Resumiendo.Tomatito, increíble el relampagazo acústico de sus manos; Potito, gustándose y doliéndole el cante como nunca. Apoteosiscolectiva. Un puñado de bises. Remedios Amaya maravillosa, pero emocionadaen exceso. No cabía en sí de gozo, de gratitud al joven público que la desconoce. Espantando todos sus fantasmas del pasado, se proyectócomo un meteoro hacia el éxito más clamoroso. Esperanza Fernández empezó dubitativa y agria, pero acabó llenando el escenario consiguiendo momentos sensacionales. Deberemos seguirla de cerca, de muy cerca. Por otro lado, los jerezanos Palo Cortao se quedaron con la gente desde el principio. A medio camino entre ciertos momentos de Pata Negra y de unos Navajita Plateá aunque algo más rockeros y eléctricos, se recrearon un tanto en la suerte y se les vio como muy sobrados, casi petulantes. Pero gustaron, ya lo creo que sí. Excelente futuro. Jaleo, Marina Heredia y Los Chanelos, bien, muy bien. Por cierto. ¿Dónde estaban los bocadillos de tortilla de espárragos?.
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