Hace más de una década, las versiones veinteañeras de Devendra Banhart y Andy Cabic se encerraban en una habitación y componían “Pájaros de río”, tema que envolvería ayer el Teatro Lara consagrando una amistad de casi 15 años que continúa dando sus frutos tanto a nivel personal como profesional. Y es que la suya es, sin duda, una relación envidiable, duradera, de esas que encajan y consiguen sacar lo mejor de cada uno de sus miembros. Todo empezó cuando Andy entró a formar parte como co-compositor del disco de Devendra “Niño Rojo”(Young Good, 2004) al que le seguiría el aclamado “Cripple Crow” (Young Good, 2005), en el que ejercería como productor. A partir de ahí, la relación se mantuvo y siguió regalando colaboraciones constantes, bien en Vetiver, la formación de Cabic de la que Devendra formó parte en sus inicios, o a la inversa, convirtiéndose Andy en uno de los miembros habituales de la banda del artista venezolano/estadounidense en sus giras por todo el mundo.
En esta ocasión, sorprende el formato de espectáculo con el que el combo Devendra Banhart and Andy Cabic decidió girar en directo estos días por España y Portugal. Y es que se presentaron con un “concierto compartido”, sin egos latentes, en el que los dos miembros se alternaron musicalmente los papeles de protagonista y acompañante durante todo el espectáculo. A pesar de las diferencias evidentes entre ellos, la verdad es que los dos estilos encajan a la perfección gracias a una puesta en escena desnuda e intimista que nos permite ver el virtuosismo de ambos también como guitarristas, consiguiendo un efecto envolvente que, aunque quizá mantuvo al público más comedido de lo que viene siendo habitual en un concierto de Devendra, logró muchos silencios de esos sobrecogedores en los que aguantas incluso la respiración.
Ahora bien, Andy Cabic sí que tuvo que trabajarse más al público asistente, pues parecía desconocer gran parte de su repertorio. Pero lo hizo, y muy bien, consiguiendo un reconocimiento progresivo que acabó en un gran aplauso en uno de sus últimos temas: “Been So Long”. Mientras Devendra, sembrado en su faceta cómica de monologuista, hacía un repaso a toda su carrera alternando temas de todos sus discos, empezando por “Quédate luna”, siguiendo con algunas canciones de su último trabajo (“Mala”, Nonesuch Records, 2005) como “Daniel”, “Never Seen Such Good Things” o “Golden Girls” y repitiendo himnos que se han ganado la perdurabilidad en el tiempo como “Angelika”, “Baby” o “Carmensita”.
Pasada ya la media noche, y a pesar de haber dejado las peticiones tropicalistas del público (“Mi negrita” y “Santa María da Feira”) reducidas a 3 ó 4 acordes por su habitual falta de memoria, Devendra volvió a salir a escena junto con Andy Cabic no una, si no 2 veces. Ese doble bis final fue su regalo ante los aplausos constantes del público, que ovacionó a la pareja y les deseó que “su amor” durara muchos años más. Esperemos que así sea.
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