Bueno, bonito, barato y… fresquito
Conciertos

Bueno, bonito, barato y… fresquito

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23-07-2011
Sala — Recinto Ferial / Chiclana
Fotografía — JM GRIMALDI

El Adobo es un aliño, salsa o caldo que sirve para condimentar o para conservar alimentos, en el sur de España, en su mayoría, pescados. Entre los tenderetes de comida que custodiaban el recinto ferial del Festival Al Rumbo 2011 no había puestos de fritos con aromas a comino y vinagre aunque sí una extrema mezcla humana, sabrosa por lo especiada, capaz de convertir en éxito un cartel heterodoxo en el que abundaban los nombres consolidados y alguna apuesta en su punto justo de cocción. La cita de dos días -al precio de 20 euros con abono y camping en su oferta inicial- no defraudó a las casi quince mil personas que llegaron a contarse entre el público y consiguió hacer suya a una audiencia mayoritariamente veinteañera que a las ocho de la tarde del viernes –hora oficial del comienzo y mientras sonaba el funk de Niños Velcro- andaba aún montando el paisaje de tiendas de campaña, neveras y hasta una gallina/mascota, que de todo podía verse.
Más de nueve mil abonos se habían vendido el viernes y la asistencia desbordó las previsiones.

En su primer día, Al Rumbo 2011 era ya un éxito y su escenario se preparaba para recibir las propuestas más concurridas del cartel. Puntualmente, poco antes de las once de la noche, las tablas del festival se volvían sevillanas de la mano de Albertucho. Celebración de la calle Feria y de la primavera hispalense por delante, la entrega del público daba algunas pistas de la procedencia de una buena parte de la captura de esta receta. Sabiéndose en casa, el cantante regaló a su público un puñado de letras entre las que se contaban trabajos ya clásicos como el "Cristal ahumado" con el que empezó el concierto o recientes incorporaciones como el "Capitán Cobarde" que da nombre a su último trabajo. En una cabriola de estilos que se repitió durante todo el fin de semana, de la Andalucía como bandera se pasó al cosmopolismo –al cosmopolismo que no renuncia al toque flamenco- a través la fusión electrónica de los Fuel Fandango. Una de las actuaciones más esperadas para los que buscaban melomanía en un cartel no precisamente arriesgado. Nita y Ale Acosta, empujados por la batería de Carlos Sosa, llenaron el escenario de rosas en una puesta en escena destinada a celebrar una voz. La de una menuda pin-up que saltaba frenética entre los cables del escenario demostrando todo lo que puede dar un cuerpo pequeño pero capaz de defender hits como "Shinny Soul" o "Talking", y también de bailar, saltar, corretear, mover el abanico y jalear al público. No todo en ese orden pero casi al mismo tiempo.
Por fortuna para la receta, las bajas temperaturas de un benéfico viento de Poniente aliviaron la salmuera y dieron una tregua al fin de semana. La humedad y el fresco de la noche pillaron por sorpresa a los visitantes y animaron a dejarse calentar en la pista que no paró de bailar. Reyes indiscutibles del cartel, el festival alcanzó su punto álgido de la mano de Los Delinqüentes. Los jerezanos, maestros en el directo y en el disfraz –vimos al Canijo de pirata y hasta con un gorro de la guardia civil-, desgranaron temas como "El aire de la calle" o "La primavera trompetera" y subieron al escenario primero a Tomasito y luego a Albertucho, hasta terminar todos en una juerga, dónde, por qué no, encajaron una versión de "I'm Singing in the Rain" trasmutada, ya sin camisa y bien sudados, en un gamberro Caminando por Jerez. Entonada tras casi dos horas de concierto, la gente siguió dejándose seducir por los temas de "Massive Underground" de los barceloneses de La Kinky Beat hasta superar las seis de la mañana de la mano de DJ Dagger.

Para el sábado, con el público bien macerado después de una tarde de sol bajo los sones de Carlinga y la Microband, Durban Poisson y Cambaia Selecta en el escenario de la playa, la organización había dejado la mezcla más explosiva. Abrieron fuego los locales Soste Warrimor a los que siguió una sorprendente actuación de los madrileños Alamedadosoulna, ska en vena entre el virtuosismo y la comedia. Vuelta de tuerca al producto gaditano con los Trashtucada y, como plato fuerte de la noche, las rimas desgarradas de SFDK. Los raperos se llevaron de calle a un público entregado ante un repertorio de letras que recorría su discografía renovando temas como "Fuck hip hop" o "Pruébalo". Puño en alto, el auditorio respondió a sus provocaciones coreando voz en grito algunos de sus estribillos: Llamalo carisma -Siempre fuertes- rompiendo tu crisma.
El hip hop preparó los cuerpos para que el público se lanzara –ya a las tres y veinte de la madrugada- a los sonidos extremos de otros sevillanos, los Narco, que hicieron vibrar al público con sus letras insubordinadas hasta dejarlo física y mentalmente exhausto. Porque era la última noche y había que darlo todo... No en vano, empezaron fuerte con su "A tomar por culo el mundo" para continuar repasando algunos de los temas de su último álbum "Alita de mosca" entre los que sonaron Sotánico o Son ellos. Aunque se perdió alguno pescado en el camino, la mayoría, a pesar del fresco o quizás gracias a él, aguantó estoicamente la noche para terminar con la fusión de David González tras Ion Din anina cuando casi empezaba a amanecer.
Al día siguiente, ahítos, los que habían probado este adobo amanecieron agotados pero contentos. La receta de Al Rumbo 2011 se prometía saciante y lo terminó siendo. Bueno, bonito, barato y divertido, tal era el reclamo de su web: “Unas vacaciones con conciertos de primera y playa por ¡menos de 20 euros!”. Por ese módico precio, con el fresquito del Poniente y un cartel correcto y completo, ¿alguien podía dar más?

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