Vitoreados
ConciertosBlack Pistol Fire

Vitoreados

7 / 10
@lachicaindiecool — 10-06-2025
Empresa — Mad Cool / Vibra Mahou
Fecha — 05 junio, 2025
Sala — Sala Pantalan, A Coruña
Fotografía — Manu San Martín

A Coruña recibió a la banda canadiense de rock Black Pistol Fire, compuesta por Kevin Mckeown (voz principal y guitarrista) y Eric Owen (batería, sintetizadores y bajo) y formada en 2011, mismo año en el que se publicó aquel álbum homónimo que estableció las bases de su estilo. Discos posteriores como “Hush Or Howl” (14) y “Don’t Wake The Riot” (16) dejaron claro que no necesitaban suma miembros adicionales para llenar un escenario, demostrándolo también en su concierto en la ciudad, con una actuación en la que condujeron, a lo largo de doce temas, por las carreteras infinitas de rock sureño, garage con tintes de punk y acordes cercanos al blues.

Las contorsiones del cantante no dejaron indiferente a nadie, así como el dominio de la guitarra que llegó a parecer una propia extensión de su cuerpo, cambiando el mismo instrumento en varias ocasiones con cada una de las guitarras otorgando un carácter diferente a los temas. Una secuencia acompañada en todo momento de beats afilados y concisos, por parte de un Owen enérgico e incombustible. Imprescindibles algunos de sus temas (“Hipster Shakes”, “Bad Habit” o “Suffocation Blue” o la versión del “Sympathy For The Devil” de The Rolling Stones), entreverados con auténticos diálogos entre batería y guitarra, casi hasta humanizar los instrumentos.

Un público entregado coreó y arropó las múltiples bajadas de Kevin a la pista, entre saltos y gran intensidad escénica que probó gran complicidad y magnetismo. Tampoco faltaron temas de su último álbum hasta la fecha, “Look Alive” (21) como “Pick Your Poison” y “Level”, con sonidos y texturas más elaboradas, aunque sin perder su esencia inicial, en medio de una pequeña pausa durante la que irrumpieron en medio del público como falsa despedida y sorprendieron con un último bis con el tema “Bully” del 2017. Un concierto que pudo remitir a la crudeza de Nirvana, pero con sureño americano. Se despidieron a lo grande como auténticas estrellas del rock; tocaron y sudaron durante hora y media y salieron a saludar y a intercambiar opiniones con el público y, tras desmontar equipos y recoger su instrumental, desaparecieron entre los vítores de los presentes.

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