Poco después de que LA Guns abrieran la veda, nos visitaron también por primera vez otras dos bandas fundamentales de la escena angelina de finales de los ochenta. Sorprendía, de entrada, que Bang Tango fueran cabezas de cartel, tras unos Faster Pussycat sobre los que planeaba la duda de si venían para rememorar su pasado sleazy o si, por el contrario, iban a incorporar sonidos industriales como han hecho en su disco de retorno. Visto el concierto, no cabe duda de que el paso de los años ha hecho merecedores a Taime Downe y los suyos (vinieron tres miembros originales) del papel de teloneros. No sonaron potentes y su imagen decepcionó, pero por lo menos se olvidaron de su faceta gótico-industrial y se dedicaron a pasárselo en grande con el apoyo de un público que, si bien no se volcó totalmente, pareció sorprender a la banda con su entusiasmo. Bang Tango, por su parte, demostraron estar en mejor forma. De los dos miembros originales que siguen en la formación, destacó Joe Leste, que con su voz captó todas las miradas hasta que, en la recta final, los componentes de Faster Pussycat le ayudaron a versionear a AC/DC (“Highway to Hell” y “Whole Lotta Rosie”). Fue entonces cuando el caos y los efectos del alcohol se adueñaron del escenario -algo previsible en este tipo de bandas- mientras algunos detalles desvelaban una decadencia que, con todo, no impidió disfrutar de los himnos hard-rockeros que conformaron la nostálgica velada.
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