BAM 97

VIERNES 19 En la plaza Reial se palpaba el bullicio gastronómicode los Pita House cuando Aina empezaron a escrutar los primeros acordesde su actuación. Intensidad melódica, agresividad punk e incontinencia hardcore al servicio de los mejores minutos nacionales del festival. Con ellos, ¿Quién diablos necesita a Jawbox?. Entre grunges de parvulario, kumbas charlatanes, rasta-fumetas y turistas alcoholizados, los asturianos Manta Ray, que presentabansu aportación a "La última historia de seducción", optaron por mandar al garete toda concesión populista en unos 50 minutos desiguales (aburrieron al inicio, gustaron a mitad de concierto y maravillaron al final) pero satisfactorios. Una hora después, cuando se consumía media actuación de Diabologum, empezaron a sonar los primeros sollozos del angustioso monólogo de Françoise Lebrun sampleado en "La Maman et la Putain"; ahí se congeló el tiempo, se encogió el corazón, se esbozaron algunas lágrimasy algunos llegamos a una conclusión: ahí estaba la mejor banda europea de rock del momento. La desconcertante jam session final entre asturianosy franceses poco pudo hacer: el mal (esa sobrecogedora exhibición de Diabologum) ya estaba hecho. Winston Jarret no cumplió las expectativas (supongo que Jah Ragnampiza no debe ser de la misma opinión) pero,dejando de lado su teclado a lo Alpha Camela y su extremado misticismo rasta, dejó buen sabor de boca para que unos inmortales Ethiopians entrarana cocinar un buen fricandó de puro reggae. Su cantante demostró,al igual que los Mighty Diamonds, que deberían dejarlo si la edad no les perdona. Las medidas de las coristas (200-50-200) y piezas como "Everythingcrash" hicieron volar a más de uno. Enrique Morente y su familia gitana hilvanaron, en una rebosante plaza de la Catedral, una misa flamenca, consiguiendo ponerle los pelos de punta a más de uno. Lástima que el sonido hacia el final de la plaza era realmente lamentable. En la Estación de Francia, una oronda y algo cansina Nicolette dio forma a sus composiciones al margen de Massive Attack con una frialdad que desmerecía a su popularidad, algo similar a lo que ocurrió con esos Spring Heel Jack que no consiguieron siquiera acercarse a su memorable set del pasado Sonar96. Por su parte, Dirty Beatniks dejaron claro porqué en Wall of Sound a ellos y a Propellerheads les tratan con tanto cariño. Los fans de Billy Bragg acabaron bien contentos tras su actuación en la Plaça del Rei. Los que sólo conocíamos alguno de sus discos, fanatizados. Y, los que no sabían quién era, preguntando por su nombre a cada pausa. Bragg mimaba los tímpanos del respetable con su carisma cockney para luego escupirle esas grandes canciones hechas con tres acordes rojos.

SÁBADO 20  Prometieron jarana y hubo jarana. La primera visita barcelonesa de Los Verdaderos Kreyentes de la Religión del Hip-hop se saldó con aprobado. Pese a vérselas con un sonido infernal,l os de Torrejón (T-Cee y Zar estuvieron inmensos en las rimas) lograronalcanzar su objetivo: poner el escenario de Correos patas arriba. Definitivamente estuvieron en la kelly. En el escenario Portal de la Pau, frente a los argentinos Suárez nos pareció entrar en el túnel del tiempo: volvimos a los primeros días del noise pop español, donde los clichés hacían gracia, se perdonaba la ingenuidad compositiva y los cantantes no ensayaban las partes vocales. Increíble para un grupo que presentaba su tercer disco. Mucho mejor estuvieron los locales Switch, un grupo con buenas canciones de raigambre lo-fi, pero cuya falta de formación estable puede frenar su progresión. Atentos a ellos. Una curiosa banda fue, sin duda, Cool Hipnoise.Directamente desde Portugal hicieron mover al todavía aletargado público con su eficaz mezcla de funk, rap, jazz y disco. Muy buenas vibraciones que dejaron con ganas de verlos en futuras ocasiones. Con buena parte del respetable esperándolos, salieron de entre las tinieblas Goldfinger & the Mush Potato es con la misión de mantener el alto listón de sus últimos conciertos. Empezando por su habitual intro repasaron su cd "Sex Soul" (Plastic 97), así como nuevos temas que buena parte de los presentes ya conocían. Por el escenario de la Plaça Reial se pasearon dos de los grupos de féminas más populares del territorio nacional. En horario infantil -a media tarde-, Undershakers , procedentes como sus compañeras de esa importante cantera musical que es Asturias, presentaron "Night Show" con más gracia de la que Nosoträsh pueden ofrecer. La verdad es que, sin ser demasiado imaginativo, su pop entró bien, eso sí, con ayuda de calzador. Por su parte, Nosoträsh, respaldadas en su momento por Rock de Lux, ofrecían por enésima ocasión su pop socarrón, no demasiado alejado aún de ese hit single que fue "Voy a aterrizar". Simplemente interesantes.Por su parte, Asian Dub Foundation protagonizaron la sorpresa del festival. Estos británicos de origen asiático dinamitaron la PlaçaReial con su poderoso cóctel: bajo dub, dj, programaciones, guiños étnicos, guitarra y un jovencísimo rapper (que, enfundado en una camiseta del Barça, parecía un camarero escapado de uno de los numerosos fast-foods asiáticos del barrio). Más cercanos a Beastie Boys que a Apache Indian supieron ofrecer diversión y calidad a los entregados asistentes. Aunque si hubo un grupo que destacó claramente en el BAM ese fue Zebda, no sólo por su original mezclade rock, raï, funk y rap, sino por su potentísimo directo (sus siete componentes lo dan todo y sus tres vocalistas son purita energía), del que destacaron esos pequeños clásicos que son "Cameroun", "Le bruit et l´odeur" o "Tolousse" Gracias, Zebda. En la Estació de França esos escoceses y de mucha honra que son Primal Scream sorprendieron. Al bateríalo sustituyen por una caja de ritmos, a Mani (ex-Stone Roses) le brindanla posibilidad de acompañarles al bajo y a Irvine Welsh le convencen para reflejar cierta parte de realidad al son de una de sus composiciones. A los de Bobby Gillezpie sólo les faltaba registrar un álbum tan aclamado como "Vanishing Point" -con un single como "Kowalski"-,versionear a Motörhead y de paso devolver a sus directos una energía dance capaz de conseguir que una cutrez como "Rocks" se transforme,en directo, en una pieza del todo apreciable. Pese a lo que diga David Broc, Edu Sancho no estaba solo en la Plaça del Rei: somos muchos los que sabemos apreciar la sensibilidad y el tacto con que Stephen Merritt y sus Magnetic Fields construyen sus canciones. Optando por un formato más convencional que en sus grabaciones y repasando el consagrado "Get Lost" y los hits del proyecto The 6ths recogieron el testigo de los grupos de alto riesgo emocional(Tindersticks y Lambchop, sobre todo) que ya nos erizaron el vello en estemismo escenario durante las pasadas ediciones. Algo similar a lo de Belle and Sebastian, quienes consiguieron sobradamente contentar a una multitud que jamás hubiese podido imaginar ver sobre un escenario a una instrumentista capaz de manejar con soltura más de seis instrumentos distintos.